Señor muy bondadoso fue el doctor Carlos A. González, autor de la bellísima canción “Ojos cafés”. Cada vez que tenía la fortuna de encontrarlo en Monterrey dedicaba conceptos generosos a mi tarea de escritor.
Yo solía responderle que todo lo que he escrito, y lo que llegue a escribir en los años que Dios me quiera conceder de vida, lo cambiaría por la gloria de haber compuesto una canción como la que él nos dio.
No hay noche de bohemia en la cual no se cante “Ojos cafés”. Su música y su letra tienen la eternidad que tienen el amor y la mujer. Si hubiese escrito yo una canción como ésa, viviría tranquilo y satisfecho el resto de mis días, pues sabría de cierto que había alcanzado yo también esa inmortalidad. ¡Hasta mañana!...
