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Mujeres adictas: un problema social que carece de perspectiva de género
Problemas sociales

Mujeres adictas: un problema social que carece de perspectiva de género

Actualmente, en Torreón, no se brindan acciones efectivas para abordar el problema de adicciones en mujeres, ni se promueve la equidad de género para que esa parte de la población acceda a un mejor tratamiento y apoyo

DANIELA CERVANTES.-

Llevan meses y hasta años sin ver a su familia. Un día dijeron "sí", y probaron una sustancia que las vincularía a una serie de eventos desafortunados. Perdieron dinero, trabajos, salud, esposos, amigos, hijos, hogares, pero lo más grave, se perdieron a sí mismas.

Son mujeres adictas en proceso de recuperación. Belinda, Mirna y Claudia. Leí algo de sus vidas en el libro Nuestra voz desde el anexo, un esfuerzo de Sandra Ríos Agüero que con su trabajo de promover la lectura dentro del anexo donde las tres llevan a cabo su proceso de recuperación, de alguna manera, las inspiró a ellas y a otras 13 mujeres a narrar, de manera individual, su historia con las adicciones.

El resultado es un compendio que presenta de forma cruda y de primera mano la realidad, no sólo de esas 16 mujeres, también una realidad global que se traduce en un incremento de casi un 50 por ciento en el consumo de sustancias del género femenino durante el 2023, esto según un dato presentado en el Informe Mundial Sobre las Drogas.

Belinda, Mirna y Claudia son parte de esa estadística. Viven en el anexo Empezar a vivir ubicado en Gómez Palacio, hasta ahí acudo para entrevistarlas y hablar sobre el origen de su consumo, también para conocer los desafíos que enfrentan debido a que los tratamientos para atacar su problema de adicción suelen carecer, en la mayoría de los casos, de perspectiva de género.

Antes de conocer sus historias, bien vale detenernos en este concepto: perspectiva de género, y saber por qué es urgente que la problemática social de las mujeres consumidoras de drogas sea abordada bajo esta óptica.

¿La experiencia de adicción entre hombres y mujeres es la misma?

Las mujeres adictas enfrentan una serie de desafíos únicos que a menudo son pasados por alto debido a la ausencia de perspectiva de género en la investigación, el tratamiento y las políticas públicas relacionadas con las adicciones.

Una de las principales diferencias en la experiencia de la adicción entre hombres y mujeres radica en las expectativas sociales de género. Las mujeres son a menudo estigmatizadas de manera diferente que los hombres cuando se trata de problemas de adicción.

La idea anterior es reforzada por Cecilia Martínez López, directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Torreón, quién declaró para esta casa editora que las mujeres siempre han vivido estigmas en muchos temas. Indicó que en el consumo de sustancias suelen ser más criticadas por realizar una conducta que rompe con la expectativa social.

Cecilia Martínez (EL SIGLO DE TORREÓN)
Cecilia Martínez (EL SIGLO DE TORREÓN)

"Estas creencias y tradiciones culturales han influido porque la mujer adicta o con problemas de adicciones es sumamente señalada, por eso se acercan menos a pedir ayuda".

En ese sentido, la especialista puntualizó que existe una presión social para que las mujeres sean cuidadoras y responsables del bienestar de la familia, lo que genera que buscar ayuda sea más difícil debido al temor al juicio y la vergüenza.

Además, las mujeres adictas tienen más probabilidades de haber experimentado un trauma en comparación con los hombres adictos, que puede incluir abuso físico, sexual o emocional; un factor importante, según López, en el desarrollo y mantenimiento de la adicción.

¿Existe alguna conexión bidireccional entre la violencia de género y las adicciones en mujeres?”, se le cuestionó a Martínez López, quien contestó de forma determinante que sí. La violencia en cualquiera de sus formas es un factor de riesgo inminente ante el tema de consumo, declaró. “Las mujeres víctimas de violencia tienen un alto índice de padecer enfermedades mentales, como ansiedad, o depresión; lo que influye a que se potencie el consumo de alguna sustancia”.

Tal es el caso de Claudia que lleva un año y siete meses en el anexo antes mencionado. Ella identifica que el origen de su adicción es una violación sexual que sufrió a los 10 años de edad. Un acto que, aunque lo comunicó a sus padres, no le tomaron importancia.

Dos años después del suceso "un amigo" le acercó la cocaína para matar esa tristeza que la consumía, sin saber que esa droga, la llevaría a otra, y luego a otra, en total a cuatro sustancias que terminarían por consumirla a ella.

Por 15 años, (comenzó cuando tenía 12 años) Claudia metió a su organismo marihuana, cocaína, cristal y heroína. Hoy, a sus 29 años de edad, continúa en proceso de recuperación dentro de un anexo.

¿Los anexos trabajan bajo perspectiva de género?

Los anexos tienen una historia variada en México. Su origen se remonta a diversas influencias, tanto culturales, religiosas y médicas.

En muchos casos, los anexos tienen sus raíces en grupos religiosos que ofrecen ayuda a personas con adicciones. Estos grupos suelen tener una estructura comunitaria y promueven la abstinencia mediante prácticas religiosas, como la oración y el estudio de textos sagrados. Tal como la Asociación Cristo Vive, una casa de rescate de adictos que lleva 16 años operando en La Laguna.

También, ante la falta de servicios públicos de rehabilitación y el estigma social asociado con las adicciones, muchas familias, incluso ex adictos, han recurrido a la creación de anexos como una forma de ofrecer tratamiento a quienes lo necesitan, en la mayoría de los casos, sin respaldo profesional.

Cabe destacar que, en general, los anexos mexicanos han enfrentado críticas y controversias debido a problemas de calidad, abusos y violaciones a los derechos humanos. Asimismo, la falta de regulación y supervisión adecuada, son una constante que ha permitido que algunos centros operen en condiciones precarias e incluso abusivas.

No es raro que, regularmente, los medios de comunicación locales reporten clausuras de anexos ya sea, o porque se encontraron anomalías en los requerimientos para operar, o por temas de violencia presentados dentro del lugar. 

Por lo anterior, recientemente el Partido Verde Ecologista de México propuso en el Congreso urgir a los municipios a levantar un censo de anexos de tratamiento contra adicciones existentes en Coahuila y a que empiecen con el diagnóstico relacionado con las tareas del Consejo Estatal de Salud Mental y Adicciones, el cual, comenzó funciones el pasado mes de enero, y que, según se informó, se creó con el compromiso de implementar programas y estrategias para fomentar el autocuidado y la relevancia de la salud mental en la comunidad.

Víctor Ramos Galindo, director de Prevención Social del Delito en Torreón, declaró que en el municipio operan 63 anexos. Desde el inicio de la administración de Román Cepeda, dijo, realizan un trabajo intenso para regularlos, aunque habló de un avance, aceptó que ninguno cumple al 100 por ciento con los requisitos que dicta la ley para su funcionamiento. Informó que los anexos del país deben cumplir con la Norma Oficial Mexicana 028, que tiene por objeto establecer los procedimientos y criterios para la atención integral de las adicciones. Actualmente son mil 40 internos, entre hombres y mujeres los que habitan estos lugares.

(EL SIGLO DE TORREÓN)
(EL SIGLO DE TORREÓN)

En Coahuila, según el directorio de Establecimientos Especializados en el Tratamiento de las Adicciones en Modalidad Residencial reconocidos por la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), sólo tres establecimientos cumplen con la legalidad y se ubican en Torreón, y son: el Centro de Recuperación de alcohólicos y drogadictos Luz de Vida A.C (mixto), Libérate Laguna A. C. (mixto) y Drogadictos Anónimos A. C. Grupo Nueva Vida (ayuda mutua). Ninguno de estos es exclusivo para mujeres. 

Otro dato que aportó Ramos Galindo es que todos los anexos de Torreón fueron fundados por ex adictos. “Yo quisiera encontrarme con un anexo que fuera formado por profesionales médicos, psiquiátricos, o sociedad civil”, puntualizó. 

Por otro lado, saltó el dato que de los 63 registrados por la dependencia a su cargo, sólo uno es exclusivo de mujeres, y 16 ofrecen una modalidad mixta, es decir, las mujeres en Torreón tienen únicamente un 27% de acceso a estos lugares para tratar sus adicciones. Agregando los espacios que trabajan bajo la clandestinidad, los cuáles no se cuenta con un número oficial. Todos, cabe señalar, cobran un cuota de recuperación.

Aunque el director de Prevención Social del Delito en Torreón está consciente de que el abordaje de las adicciones entre hombres y mujeres debe ser distinto, acepta que en la región no se puede hablar de una equidad de género para acceder al tratamiento de las mismas.

Mencionó que desde su trinchera persiste la preocupación de que los anexos que le dan cabida a mujeres trabajen bajo una perspectiva de género, pero, puntualizó, aún hay mucho trabajo por hacer. 

Dejando el pasado atrás, el único anexo exclusivo para mujeres en Torreón 

Como lo mencionó el director de Prevención Social del Delito, sólo un anexo (formalmente establecido) atiende exclusivamente las adicciones en mujeres en Torreón, y ese es Dejando el pasado atrás: comunidad terapéutica femenil en adicciones. 

Su director Manuel Salazar y la psicóloga Anahí Salas me reciben en el lugar ubicado en Francisco I. Madero #938 segundo de Cobián, en la zona centro. Mi interés en visitarlos se centra en saber cómo las mujeres tratan sus adicciones. Actualmente son 24 personas las que reciben el acompañamiento en ese lugar. 

El primer dato que me otorgan es que el consumo de cristal en las mujeres, adultas y menores de edad, está disparado. En el segundo rango, las edades de consumo van de los 13 a los 17 años. 

Manuel Salazar (EL SIGLO DE TORREÓN)
Manuel Salazar (EL SIGLO DE TORREÓN)

Otro dato que menciona la también consejera en adicciones, es que esta droga es utilizada por las mujeres por cuestiones de estereotipos, la razón, dijo, es porque quieren bajar de peso. El mismo escenario lo registra Cecilia López, directora del CIJ de Torreón, quien puntualizó que el gancho de esta sustancia es que es un inhibidor del apetito.

Las mujeres se han enganchado del cristal para bajar de peso y eso ha generado una dependencia severa”, mencionó López y agregó que al cierre del año pasado el CIJ registró 834 pacientes en total, de esos, 438 fueron hombres y 396 mujeres, de edades desde los 10 y más de 45 años. “Estamos casi a la par, el 52 por ciento de nuestros pacientes son hombres y el 48 son mujeres. Torreón es un centro, que, aunque se ubica en provincia, atiende a un alto número de mujeres”. 

Ante esa realidad, entonces ¿Cuáles son las opciones que tienen  las mujeres laguneras para tratar sus adicciones?, primero debemos entender que las adicciones son un problema de salud pública, por ende, según el director de Prevención Social del Delito mencionó que debería ser atendido bajo esa óptica, sin embargo, dijo, no existe un lugar público en Coahuila para que tanto mujeres y hombres puedan atender una adicción. 

La opción que existe, como ya se pudo conocer a lo largo de este reportaje, son los anexos, y en Torreón el único exclusivo para ellas ofrece un programa de recuperación de 24 semanas, tiempo en el que, de acuerdo con las personas que lo manejan, tratan de abordar el problema de consumo desde una perspectiva de género. ¿A qué se refiere lo anterior? a que atienden los fenómenos de consumo de drogas de mujeres considerando las diferencias sociales, culturales, biológicas y psicológicas del género en el desarrollo, la prevención y el tratamiento de las adicciones. 

En promedio, se informó, Dejando el pasado atrás atiende a 80 mujeres por año, todas bajo un esquema personalizado. 

Cómo se vive una adicción desde una mirada femenina 

Hasta aquí retomo las historias de Belinda, Mirna y Claudia. Arriba hay datos y un poco de contexto, pero ahora dejaré que sean sus voces las que narren lo que es vivir una adicción desde la condición de ser mujer.

Las tres son parte del anexo mixto Empezar a vivir, que, según los padrinos del lugar Karla Herrera y Levio Osvaldo Medina actualmente es habitado por 56 hombres y 12 mujeres. El proceso de recuperación, informaron, es el mismo en ambos género aunque lo viven por separado. Se rigen bajo la Norma Oficial Mexicana 028 y cuentan con los servicios de un médico, una psicóloga y una consejera en adicciones. 

Karla Herrera y Levio Osvaldo Medina (EL SIGLO DE TORREÓN)
Karla Herrera y Levio Osvaldo Medina (EL SIGLO DE TORREÓN)

Las tres habitantes del lugar, dicen haber encontrado la atmósfera idónea en Empezar a vivir para combatir sus adicciones. Aquí sus voces desde el anexo: 

Belinda

Tengo 22 años, estoy aquí por alcohólica. Tengo 7 meses en recuperación. Empecé a consumir desde que tenía 12. Primero porque me gustó el efecto, después, porque me sentí muy triste cuando mi mamá se fue. Ese, pienso, fue el origen de mi adicción. 

Mi consumo era excesivo. Cuando bebía me quedaba tirada y no me acordaba de nada. Luego, cuando crecí, amanecía con hombres que no conocía, llena de chupetones. Siempre decía que iba a tomar tranqui, pero eso no sucedía, al día siguiente siempre amanecía con cruda moral y física, pero aún así no podía parar. 

También tenía problemas de depresión y eso me hacía tomar más. Estudié hasta la preparatoria y aunque tenía un buen trabajo de secretaria, renuncié, luego me puse a limpiar casas, pero también renuncié. 

Mi mamá fue la que me anexó, al principio yo no quería estar aquí, yo solo quería seguir bebiendo alcohol. 

En el libro Nuestra voz desde el anexo, Belinda escribe: “Una de las peores cosas que experimenté fue alejarme de mi familia poco a poco, fui olvidando los sueños que un día tuve y olvidándome a mí misma. Ya no era la misma de antes. Lo único que me importaba era estar alcoholizada. Y cuando quise dejar de tomar ya no pude yo sola”. Por ello, hoy Belinda se encuentra en proceso de recuperación, en un espacio en donde, dice, se ha sentido comprendida.

Mirna

Tengo 27 años. Estoy aquí porque consumía, primero mariguana y luego cristal. Llevo 8 meses en proceso de recuperación. Duré tres años drogándome ¿Qué cómo comencé? por amistades en mi trabajo que también consumían. 

Me enganché tanto y mi adicción era tan fuerte que no me importó hace un año dejar a mi esposo y a mis cuatro hijos. 

Duré casi dos meses desaparecida hasta que mis papás me encontraron en condiciones deplorables. Me junté con gente que también se drogaba y vivíamos en una casa que parecía un basurero. Estaba muy flaca, amarilla y demacrada. 

Comencé a consumir por “imita changos”, cómo dicen aquí, y no me di cuenta de lo que perdía. No tenía necesidad, no tenía ningún problema en mi casa. Yo tenía una casa. Tenía un esposo, el cual estaba para mí siempre, para mí y para mis hijos, éramos una familia, no perfecta, pero sí era feliz. Pero por curiosa o por estúpida, por creer que siempre las iba a poder, pues me hice adicta y hoy me arrepiento demasiado.

A las personas que algún día quieran consumir no se los recomiendo, porque es una droga (el cristal) que cambia tu mundo. Yo era una persona que amaba mi casa, a mi mamá, a mis padres, a mi esposo y un día todo se me olvidó, se me olvidó que era madre, que tenía metas, todo se me olvidó.

¿Qué soy? una mujer adicta que abandonó a sus hijos, a su esposo, y por eso soy duramente señalada y juzgada. Pero, aquí (En Empezar e vivir) me han dado el apoyo que necesito

Claudia 

Yo tenía 12 años cuando empecé a consumir cocaína. A mí me violaron a los 10 años y no fui comprendida, por eso acepté la ayuda de un amigo que me dio la droga. Sentía mucha tristeza, digo sentía porque hoy estoy aprendiendo, y como dicen “el pasado pisado”. 

Hace un año siete meses que no me drogo, pero primero probé la cocaína, después la mariguana, y por último el cristal. En ese tiempo vivía en los Estados Unidos donde también comencé a vender droga. Me drogué tanto que ya no me importaba comer de los basureros, andaba toda cochina y estaba bien flaca, con los ojos amarillos. Tuve una hija que abandoné por seguir a quien me daba droga, pero también me maltrataba, nada me importó.

Me regresé a Torreón, pero seguí mal, drogándome. A mí me señalaban mucho, decían “mira ahí va la criquera”. Mi papá fue el que me anexó en contra de mi voluntad. Son muchas cosas que no miras cuando estás drogada, pero hoy tengo otras metas, aún me da miedo salir porque sé que la droga está en todos lados, pero sí quiero salir, pero poco a poquito para poder recuperar a mi hija. 

Duré 15 años drogándome, sé que por eso sigo aquí, pero estoy trabajando porque quiero regresar a ser la persona que era antes. 

Belinda, Mirna y Claudia, son sólo tres historias que retratan la realidad que padecen infinidad de mujeres adictas, no sólo en La Laguna, sino alrededor del mundo, un problema social que por donde se observe, al menos en la región, carece de acciones y de voluntad (con algunas excepciones) para ser abordado desde una perspectiva de género.

Datos (EL SIGLO DE TORREÓN)
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