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PEQUEÑAS ESPECIES

EL OTOÑO DE MI PROFESIÓN

Nos encontrábamos en una reunión mensual de la asociación de veterinarios, pasaba de las once de la noche cuando sonó el teléfono de uno de los viejos colegas, al termino de nuestra junta mensual por lo regular hay un pequeño convivio, nada en comparación de aquellas reuniones de hace más de veinte años, cuando degustábamos aquellas opíparas cenas y platicábamos nuestras anécdotas durante horas, podíamos desvelarnos y despertar al día siguiente como un adolescente, ahora al término de nuestras reuniones lo que añoramos los viejos es una suave cama para descansar.

Nuestro colega que recibió la llamada se despidió dirigiéndose a la consulta, le ofrecimos apoyo, tal vez una cirugía de emergencia, no gracias, es un paciente con postración, nos agradeció el gesto.

La actitud de mi colega de más de setenta años de edad, me hizo recordar los inicios de mi profesión, a cualquier hora de cualquier día me encontraba dispuesto para atender a pacientes enfermos, impartía clases, contaba con una farmacia, trabajaba todos los días de la semana de gallo a grillo incluyendo domingos, y aún salía con déficit en mi presupuesto, tenía 4 hijos que pagaban colegiatura y comían excelentemente bien.

Con el paso de los años, se da uno cuenta que ya no somos aquellos jóvenes que podíamos trabajar a toda hora y de madrugada, los años nos han enseñado a tener mesura y ecuanimidad, valorar a la familia y hasta uno mismo.

Hay clientes muy especiales, que solo permiten que su veterinario aplique la vacuna, y no aceptan que alguien más consulte a su mascota, y agradezco la preferencia.

El contar con otro experimentado colega, ha sido una de las alternativas para disfrutar por primera vez aquella reunión con tu esposa sin que ella esté con la incertidumbre de que cancelas a última hora por atender la intoxicación de "Tobi", o te pierdas la pastorela de tus hijos que tanto ensayaron en su escuela porque atropellaron a "Rocky", ausentarte de la boda de tu sobrina porque "Candy" tiene dificultades al parto.

Es entonces cuando nuestro colega con quien nos ponemos de acuerdo previamente, nos apoya con los clientes para las emergencias.

Después de cuarenta y seis años de nuestra sagrada profesión, me di cuenta que dejé pasar tantas cosas hermosas que me ofreció la vida, y que el trabajo jamás las devolverá; el no haber disfrutado la niñez de mis hijos al no haber convivido más tiempo con ellos, haber gozado más tiempo con mi esposa.

Al ver aquellas fotografías de hace años, disfrutando con mis hijos pequeños las olas del mar, son recuerdos inolvidables de tan solo unos instantes, que los llevaré toda la vida en mi corazón.

Que importante es saber valorar y disfrutar las cosas más bellas que nos obsequia la vida; la salud, la libertad, la familia, los amigos, comer, dormir, la vida misma.

A mi edad, observamos nuestro entorno de diferente manera, apreciamos lo que antes pasaba desapercibido; un día soleado, una hermosa luna, leer un libro, una cálida chimenea, los viejos amigos, admirar el mar, una siesta después de comer, la risa de los nietos.

Qué bien me he sentido cuando tomé la decisión de apoyarme en el trabajo con mis tres hijas que también son colegas, disminuyendo mi actividad profesional en el otoño de la vida.

Jamás pretendí hacer una riqueza material, siendo mi fortuna el estar satisfecho con lo que logré y poseo, un techo para vivir, alimento en nuestra mesa, la mejor esposa, cuatro hijos profesionistas, tres nietos adorables con excelentes padres.

Que más le puedo pedir a la vida, nada material me voy a llevar cuando entregue cuentas al Creador, solo los bellos recuerdos y múltiples satisfacciones, que en eso me considero el hombre más rico.

También los veterinarios tenemos derecho a descansar los domingos y reunirnos con los hijos, nietos, yernos, hermanos y compartir los alimentos, asar los deliciosos cortes de carne, las chilacas, cebollitas, papas, las crujientes tronadoras con pico de gallo y queso, la picosa salsa de molcajete, y no puede faltar la espumosa cerveza enfriada en hielo, y para cerrar con broche de oro, disfrutar el juego de mi equipo Santos. ¿Ustedes gustan?

pequenas_especies@hotmail.com

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