La buena noticia del mes fue que terminaron las campañas políticas luego de varios meses de arengas, polémicas, acusaciones, propuestas, mentiras, promesas y violencia al por mayor.
El periodo electoral del 2024 acumula el mayor número de crímenes en el México moderno, se calculan cerca de 30 homicidios en contra de candidatos y personas ligadas a las campañas con cientos de heridos.
El miércoles pasado, a pocas horas de concluir el periodo para proselitismo electoral, fue asesinado a mansalva el candidato a la alcaldía de Coyuca de Benítez, Alfredo Cabrera Barrientos, de la alianza PRI-PAN-PRD.
El político se dirigía al templete donde pronunciaría el discurso final de su campaña cuando un sujeto -muy al estilo de Mario Aburto en Lomas Taurinas-le disparó dos tiros en la cabeza, hubo además tres heridos en el atentado.
El asesino fue ultimado con tres balazos por agentes de la Guardia Nacional que ahí se encontraban pero que no lograron evitar el asesinato.
Coyuca de Benítez es un municipio contiguo a Acapulco donde el crimen organizado ha sentado sus reales en los años recientes.
Hace dos semanas el aspirante a regidor de la misma fórmula, Aníbal Zúñiga, fue "levantado" junto con su esposa Rubí Bravo y horas después los cuerpos de ambos aparecieron desmembrados en un vehículo estacionado en la avenida Ruiz Cortines de Acapulco.
Lo que sorprende es la tozuda negativa de las autoridades a reconocer este ambiente de violencia electoral que se presentó en anteriores procesos, pero no con la intensidad del actual 2024.
El presidente López Obrador llegó al extremo de afirmar que estas elecciones "serán las más limpias y pacíficas de la historia".
La declaración hace recordar los tiempos del autoritarismo priista cuando los gobernantes proclamaban comicios democráticos y luego recurrían a todo tipo de artimañas para lograr "carro completo".
En esta ocasión resulta muy difícil cometer las fechorías del pasado, los avances en los órganos electorales han sido sustanciales, sin embargo la violencia es el nuevo signo de los tiempos políticos y hasta ahora nadie sabe cuándo habrá de terminar.
La mala noticia del momento será que el lunes 3 de junio los mexicanos amaneceremos con una presidenta o presidente electo, pero con la terrible realidad de un país dividido, enfrentado y muy probablemente molesto por los resultados de los comicios.
No será fácil para uno y otro bando político, en especial para los seguidores de las dos principales alianzas electorales, aceptar a los ganadores ya sea para presidente, gobernador, alcaldes, senadores o diputados.
Pero los mexicanos tendremos que saber perder y aceptar la derrota porque así es la democracia, se gana o se pierde, lo peor será aferrarse a no reconocer la realidad.
Desde luego los candidatos ganadores pueden ayudar muchísimo a superar este trance si toman una actitud conciliadora y desde un principio se comprometen en serio a gobernar para todos los ciudadanos y no solo para sus simpatizantes como lo hemos vivido en los últimos tiempos.
Será crucial tener empatía con los candidatos perdedores quienes pueden hacer mucho daño a los municipios, estados o al país si se les empuja a tomar una posición revanchista en lugar de ponerse al servicio de las mejores causas sociales y políticas de la ciudadanía.
Estamos conscientes que sería soñar demasiado pensar en un país unido, solidario y conciliador a partir del 3 de junio. Pero se vale intentarlo para evitar que México se desintegre y se desmorone como parece ocurrir en los últimos años.
Por cierto, vote el próximo domingo, entre más temprano mejor, elija razonadamente a los candidatos que son para usted los más honestos y competentes, recuerde que hay que votar por las personas y no por los partidos que han dejado mucho pero mucho que desear.
NOTICIA FINAL…
Se complica todavía más el conflicto en la zona de Gaza con hechos tan terribles como el reciente ataque israelí contra la ciudad de Rafah donde murieron 45 personas, la mayoría civiles. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció que fue un error de sus fuerzas armadas cuando suman más 36 mil palestinos muertos desde que inició la guerra contra Hamas.
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