Quiero Palomitas

Luego de la aparición de Gladiador en el 2000, una de las grandes obras de Ridley Scott, se despertó en el cine y en la televisión una necesidad por ahondar el tema de los gladiadores y en específico el Coliseo Romano (también en la vida real ha tenido su repercusión).

Series, documentales, teorías ciertas o inciertas, novelas, cuestionamientos históricos y estratégicos, imágenes cruentas, subidas de tono y hasta con cierto mensaje desde la visión cristiana, surgieron a raíz de esta historia que marcó en muchos aspectos el entretenimiento del nuevo milenio.

Por ello, se propuso hacer una secuela, de ver qué sucedería en un escenario con un elemento que pudiera mostrarnos la continuación de Máximo Décimo Meridio (Russell Crowe, en el papel que lo marcó para toda su carrera), soldado romano traicionado y humillado por órdenes de Cómodo (Joaquin Phoenix, quien mostró una de sus mejores actuaciones), quien mató a su padre para hacerse del imperio y dejar fuera a Máximo de la posibilidad de dirigir el destino de Roma.

Luego de ser un militar respetable, será vendido como esclavo y pertenecerá a un grupo de gladiadores. De ahí su viaje en busca de venganza. Esta película dio cuenta de la maestría de Scott para contar épicas, muy a pesar de los resultados, como en el caso de su Napoleón del año pasado.

Ahora regresa de la mano de Paul Mescal, quien interpreta a Lucio Vero, hijo de Lucila (Connie Nielsen, quien regresa 24 años después a interpretar este papel) y sobrino de Cómodo, quien vive un camino muy parecido a Máximo, pero en donde las intrigas de Macrinus, (Denzel Washington demostrando porque es uno de los mejores actores de todos los tiempos), buscan ir por el poder de una Roma que se mueve en límite de su caída o su florecimiento (algo posiblemente parecido a lo que están viviendo los vecinos del norte).

Con sus diversas referencias a películas como Ben-Hur, o a series como Spartacus, esta nueva entrega tiene elementos que mantienen al espectador con la expectativa del final de la historia.

Pero, por obvias razones, al ser la secuela de la historia de Máximo, siempre se hará la comparación entre las películas.

Scott trató de mantener vivos los elementos cruciales que funcionaron en la primera entrega, pero va tejiendo diversos giros que sorprenden al público, aunque algunos dirán que se queda un poco debajo de su predecesora.