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¿DONDE QUEDARON LOS DIENTES DE SANTA APOLONIA? Todos los Caminos llegan a Roma. (parte 1)

De la conducta de cada uno, depende el futuro de todos.

Alejandro Magno

Santa Apolonia: Virgen y Mártir. Apolonia, del latín significa: «consagrada a Apolo», nació en Alejandría, Egipto, por el año 200 de nuestra era en el seno de una familia culta. Su padre fue un alto funcionario del palacio de Alejandría, por lo que Apolonia pudo haber recibido una educación de elevado nivel cultural. Su acceso a la biblioteca real le permitió obtener grandes conocimientos y aptitudes. Las mujeres en el antiguo Egipto tenían muchos derechos, dependían de su nivel económico y clase social, no de su sexo. Desde temprana edad Apolonia tuvo una inclinación por la lectura, influenciada principalmente por vivir en una ciudad que se convirtió en un gran centro del saber que fundó Alejandro Magno quinientos años antes (aproximadamente 331 a. C.). La Biblioteca de Alejandría tenía como finalidad compilar todas las obras del ingenio humano, de todas las épocas, culturas y países, que debían ser incluidas como una colección inmortal para la posteridad. A mediados del siglo III a. C., bajo la dirección del erudito poeta Calímaco de Cirene, según su primer catálogo, la biblioteca poseía cerca de 490,000 libros, una cifra que dos siglos después había aumentado hasta las 700,000 obras según Aulo Gelio. Se ha contado que Marco Antonio, mientras estaba en Alejandría en compañía de Cleopatra, donó un gran número de libros procedentes de la biblioteca de Pérgamo, la segunda después de la de Alejandría, ayuda quizá para compensar la destrucción de rollos y libros que se provocó cuando Julio César usó como fortificación el palacio real donde estaba la maravillosa biblioteca. La lenta e inexorable decadencia de la ciudad de Alejandría después del dominio del Imperio Romano, trajo también la progresiva destrucción de la icónica biblioteca real (Portada, Figura 1). Apolonia desde sus años mozos pudo acceder a múltiples escritos que le inspiraron la fe cristiana, hasta renunciar de forma voluntaria al matrimonio y mantenerse virgen para dedicar su vida a Jesús convertida en «parthénos presbytis» o catequista predictoral y diaconisa, es decir, una mujer laica consagrada o bendecida para ejercer determinados ministerios de la Iglesia cristiana. Siempre se caracterizó por las virtudes de castidad, caridad, piedad, austeridad y pureza de corazón. Aun cuando se habla de Apolonia de Alejandría como una mujer madura, murió aproximadamente a los 49 años. Su imagen al ser representada en frescos, pinturas o esculturas se muestra como una joven y hermosa virgen, que sostiene en su mano un rústico fórceps con un molar extraído. Otros artistas la describen con un diente dorado colgado de su cuello. Santa Apolonia virgen y mártir cristiana del siglo III sufrió su martirio en Alejandría entre los años 248 a 249, previa a la persecución del emperador romano Cayo Trajano Decio. Según la leyenda, Apolonia fue torturada y sus dientes fueron arrancados o rotos. Por este motivo, se le considera la patrona de los dentistas y de aquellos que sufren de enfermedades dentales. Su festividad se celebra el 9 de febrero. Aunque no hay más información histórica sobre su vida, su devoción ha persistido a lo largo de los siglos. En el año 249 Apolonia fue acusada de rebelión contra la autoridad romana. La sentencia fue el castigo corporal con la destrucción de su boca y la extracción de sus dientes, donde le exigieron que blasfemara y renunciara a su fe en Jesucristo. No lo hizo, a pesar de que estaba siendo amenazada con ser arrojada al fuego si no obedecía. Se dice que el origen de su martirio fue a consecuencia de sus creencias religiosas durante la persecución de los cristianos bajo el emperador romano Trajano Decio. Según la información, todo parece apuntar que el martirio y muerte de Apolonia fue durante la conocida «persecución de Decio» alrededor del año 250 d. C. Aunque su predecesor Filipo I (Filipo el Árabe) era procristiano, a su muerte se inició en Alejandría una gran persecución de los cristianos alejandrinos. Trajano Decio publicó un edicto (249-251 d. C.): «Se requiere a todos los habitantes del imperio para que hagan sacrificios ante los magistrados de su comunidad «Por la Seguridad del Imperio» en el día determinado. Y cuando hagan el sacrificio podrán obtener un certificado (libellus) documentando el hecho de que han cumplido la orden». En los anales de la historia cristiana, existe una narrativa de San Dionisio, obispo de Alejandría, que refiere el martirio de Apolonia fue por el año 248 d. C. Basadas en varias cartas transcritas por otros obispos en las «Actas de los Mártires» donde se reproduce una descripción de su martirio: «…también prendieron entonces a la admirable virgen anciana ya, Apolonia, a la que, rompiéndole a golpes todos los dientes, le destrozaron las mejillas. Encendiendo, en fin, una hoguera a la entrada de la ciudad. la amenazaban abrasarla viva si no repetía a coro con ellos las impías blasfemias lanzadas a gritos de pregón. Ella, habiendo rogado le dieran un breve espacio de tiempo, apenas se vio suelta, saltó precipitadamente sobre el fuego y quedó totalmente abrasada».

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