La llegada de los reyes magos es una de esas fechas en las que conocemos de memoria las escenas que se vivirán a lo largo de nuestro país. Por un lado, están las infancias que tendrán el privilegio de recibir lo que con esmero escribieron en su pequeño -a veces no tanto- pliego petitorio y por el otro la desesperanza de quienes ni siquiera hacen carta porque saben que reciben nada, nunca. Es la cara de la desigualdad retratada desde siempre.
Pero como a esta temporada de fiestas y buenos deseos aún le queda el último aliento, a mí me gustaría hacer acopio de la ilusión que aún me queda y dejando mi escepticismo a un lado hago una carta con un solo deseo: educación menstrual integral para las infancias de nuestro país.
Porque sin importar el escenario en el que se encuentren, esa carencia sí es democrática e igualitaria y de la misma manera en que los regalos es cuestión de adultos, también lo es la tarea de garantizar las condiciones mínimas para que niñas y niños puedan ejercer sus derechos. Pero para ejercerlos, deben conocerlos y eso sí, es responsabilidad gubernamental a través de la educación formal pero también, de las personas que cuidan y crían a las infancias en sus hogares.
Las personas que tienen a cargo a niñas y niños deberían ser la fuente primaria no solo de información clara y real, sino el lugar seguro al que pueden acudir en caso de alguna duda, inquietud o anomalía. Deberían ser, pero hoy no lo son.
A donde acuden, de manera directa o indirecta, es a las redes sociales a las que tienen libre acceso gracias a los dispositivos que reciben como regalos en esta temporada. Esos que ponen a su alcance sexualización en todos los formatos: videos, memes, canciones y trends; lo que no hay es educación.
Nuestras infancias saben como se "usa" el cuerpo, pero no saben cómo funciona, mucho menos cómo se cuida, porque de eso no se habla en redes. De eso se debe hablar en casa, pero en casa tampoco se habla porque se tiene la idea de que eso solo debe abordarse en la escuela y en medio de este laberinto de "deberes incumplidos" están nuestras infancias en la indefensión y sobre todo, en riesgo.
Hay una frase muy conocida que dicta: "la mejor herencia es la educación" y para fines de esta carta de deseos yo la ajustaría a "el mejor regalo de reyes es la educación menstrual" para niñas y niños. Porque de inicio nos urge desmontar la idea de que la menstruación es cosa solo de mujeres. Igual que nos urge dejar de dar regalos específicos según el género.
Pero como quedamos que aún nos queda ilusión, hoy los reyes magos aún están a tiempo de sumar a su lista de regalos uno que tenga que ver con educación. Y no tiene que ser un libro aburrido o algún material didáctico específico -porque en material de educación menstrual ni siquiera existen-; pero podrían empezar por quitarle el velo al tema en casa, perder el miedo a la palabra menstruación, desmitificar el proceso natural del cuerpo y sobre todo, enseñar cómo funciona el cuerpo y cómo cuidarlo.
Y sí, hay organizaciones sociales que todos los días trabajan para que la política pública que permita que este tema llegue a todas las escuelas sea una realidad, pero hoy, por un día no vamos a apelar a la voluntad política de algún funcionario, sino a la magia que sucede en la víspera del día de reyes para que nuestras niñas y niños, reciban un regalo extra: educación menstrual integral, en casa.
Pero si nos está leyendo algún rey o reina maga que sí quiere regalar materiales diseñados específicamente para las infancias en materia de educación menstrual, en Femmex tenemos material gratuito que ponemos a su disposición a través de nuestras redes sociales. Nos encuentran como @ffemmex en todas las plataformas.