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Verte bien y sentirte bien depende de ti

LUCY HOP.-

Ya analizamos que los propósitos de año nuevo y nuestras metas en la vida a largo plazo no son lo mismo, para mí una meta en mi vida a largo plazo sería el tratar de llevar un estilo de vida saludable en el que el objetivo principal sea estar bien física y emocionalmente siempre. Y, por otro lado, un propósito de Año Nuevo sería decir: "Me comprometo a tratar de hacer más ejercicio a partir de hoy". La diferencia es que el segundo es una herramienta a corto plazo que junto con otras más me ayudará a lograr un fin mayor a largo plazo que es tener un estilo de vida más saludable.

No es secreto que muchas, muchísimas mujeres nos ponemos como propósito de año nuevo hacer ejercicio, y no es secreto que más de la mitad de nosotras no lo cumple por más de una o dos semanas; pero eso sí, la noche anterior del primer día de ejercicio nos encontramos en la cama meditando sobre los kilos de más que tenemos y de cómo vamos a quedar después de todo el ejercicio que pensamos hacer; También nos encontramos inmersas en nuestra convicción de que vamos a empezar desde ya y que como por arte de magia vamos a lograr tener un nuevo estilo de vida.

Es en ese momento que nuestras manos buscan insistentemente la carne que sobra en nuestro cuerpo, generalmente la lonjita que se nos forma en la cintura o en la espalda, y nuestra psiquis nos advierte que el momento para empezar nuestra vida de atletas es ahora, que no hay "pero" que valga y que seguramente en menos de un mes vamos a estar mejor que Barbie. Mientras dormimos, no dejamos de imaginarnos con el cuerpo ideal y soñamos con un día soleado en la playa presumiendo nuestros abdominales.

Amanece. Las redes sociales nos llenan la existencia de cuerpos saludables, fuertes, casi griegos. La única certeza del día es que queremos tener un cuerpo igual. Nos levantamos, nos tomamos nuestro jugo verde porque somos ahora personas muy sanas que por nada del mundo pensarían en tomar algún líquido con menos nutrientes, nos ponemos la ropa más cómoda del closet y nos disponemos a vivir los 60 minutos más dolorosos y tortuosos, 60 minutos de ejercicio que en su mayoría consisten en hacer el esfuerzo sobrehumano de sobrevivir porque tratamos de seguir un ritmo al que no estamos acostumbradas; Nota mental: no podemos ir de 0 a 100 en el primer día y menos después de haber pasado años atestándonos con la deliciosa dicha de la comida chatarra.

Vamos a empezar por el principio, "verse bien y sentirse bien" no depende de un estilo de vida saludable, verse bien y sentirse bien, habla de algo mucho más que eso, habla de una persona sana mentalmente, que se quiere, se respeta y se valora sin importarle los estándares de belleza impuestos por los medios de comunicación (ahora las redes sociales), ni por la sociedad de consumo.

El siglo XXI se ha identificado con la frase "verse bien y sentirse bien". Las mujeres quieren tener la cintura estrecha, las caderas amplias, los brazos y piernas tonificadas; los hombres, por su parte, quieren músculos, espalda grande y presencia imponente; todos desean tener el abdomen plano, todos quieren lucir inmortales.

Si hay un estilo de vida en auge es el de la "vida saludable": menos refrescos y más ejercicio, menos pereza y más acción; sin embargo, la comida fitness es difícil de encontrar en cualquier esquina, lo que vuelve complicado apegarse a este estilo de vida. Además de que la rutina de las grandes ciudades nos obliga a comer lo primero que tengamos a la mano.

Cada quien tiene sus fórmulas para formar parte de la generación obsesionada con la vida saludable; mientras unos comen lo que quieren y se revientan en los gimnasios, otros intentan cambiar sus hábitos por algo más natural, algunos otros más aventureros creen que si tienen sexo a diario van a quemar calorías y el resto evita salir de su casa sin antes haberse comido un buen plato de verduras, frutas o proteínas.

Entonces, ¿qué significa en realidad verse y sentirse bien? Hay gente que está a favor de la belleza original, con la que se nace, no la que es moldeada con arduas horas de acondicionamiento físico y dietas. Muchos dicen que esto es solo una excusa para no tener que llevar una vida saludable, pero si pensamos en la idea de que la salud empieza a partir de la autoaceptación, no hay nada que demerite su discurso.

Si bien la frase "verse bien y sentirse bien" hace alusión al ejercicio y la buena alimentación, también es posible sentirse bien de muchas otras formas. Es cierto que el siglo XXI es el de la exaltación al cuerpo y la belleza física, pero también es cierto que es el siglo de las posibilidades.

Hay que tener muy claro que independientemente del abdomen plano o esférico, verse bien es solo una cuestión de actitud. Recuerda que la elección del estilo de vida que lleves es solo tuya; lo importante es estar bien física y emocionalmente, aceptarte a ti mismo, dejar de ponerte estándares inalcanzables y evitar compararte con terceros.

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