Regresé por un tiempo más prolongado de lo habitual.
Regresé diferente, renovado, relajado y analítico.
Regresé con más tiempo, sin pretextos, sin prisas, sin ansias.
Regresé a casa, al hogar, a la familia y… pude observar, entender, sentir, reconectar.
Me encontré con ellos, con los mismos, los de siempre.
Con los tíos, los sobrinos, los padres, los hermanos, los amigos.
Las rutinas, los patrones, las comidas, los recuerdos, las historias.
Y me encontré de frente, con todo, con ellos, conmigo.
Y descubrí más años, más canas, más cambios, más vidas.
Recordé de donde vengo, quién soy, mis raíces, mi pasado, mi presente y mi futuro.
Reviví a los abuelos, sus historias, sus desafíos, sus enseñanzas, sus consejos.
Recordé porque los amo, porque agradezco, porque soy y para que estoy.
Y se me acabó el tiempo, mi momento en casa, cocinando, riendo, jugando, platicando.
Y me voy entre risas, alegrías, recargado, con ganas, con calma, con paz.
Y me voy entendiendo lo diferente e iguales que somos, lo parecido, lo contrapuesto.
Y me sobran las palabras para expresar lo mucho que los amo, que los quiero, que los admiro y que los respeto.
Y me voy esperando el momento de volver a verlos, abrazarlos, besarlos, quererlos.
Gracias familia, por tanto, por todo, los amo.
-JL-
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