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El arte de los mineros

CLAUDIO PENSO.-

Las minas de sal de Wieliczka, en Cracovia, son las más antiguas del mundo. Han sido explotadas sin interrupción desde el siglo XIII hasta ahora.

Reciben anualmente casi un millón de visitantes, todos quedan fascinados y doy fe de ello. Las llaman "la catedral subterránea de la sal de Polonia". Tienen una profundidad de 327 metros y una longitud de más de 300 kilómetros de laberínticas galerías con cámaras, capillas, lagos subterráneos, antiguas herramientas y máquinas. Probablemente el elemento central más llamativo sea la increíble cantidad de esculturas y bajorrelieves realizadas con bloques de sal.

¿Quiénes fueron estos artistas que hacen exclamar a millones de personas a semejante profundidad?

Los mineros, anónimos artistas de las entrañas de la tierra.

El trabajo bajo tierra ha sido considerado siempre muy peligroso. Esos hombres simples siempre se sintieron impregnados de un respeto y temor reverencial de ese lugar recóndito, sumergidos a una hondura inédita, para realizar una tarea singular.

Ellos amaban su trabajo. Transformaron ese miedo ancestral, a ser devorados por las profundidades, en algo extraordinario, en arte. Ninguno de ellos se formó en escultura, disciplinas artísticas ni fueron preparados para crear. El talento ha brotado de sus manos curtidas por la sal y ha quedado como un monumento de lo que el hombre es capaz cuando puede expresarse.

¿Cuáles habrán sido los motivos que los impulsaron a transformar la sal, el insumo con el que trabajaron todas sus vidas, durante interminables horas, en monumentos tan hermosos?

Tal vez el hecho de haber estado en la penumbra, lejos de la superficie, los ha cincelado a ellos especialmente, los ha convertido en personas íntimas, silenciosas, sensibles al extremo. Y lo han expresado con creces. Sólo hay que ver las fotografías, visitar el lugar. Se trata de una exposición viva, tan impactante que nadie creería que ha sido ejecutada por obreros comunes sin entrenamiento alguno.

Como la sal que brota de la tierra, el talento emerge, desborda, mágicamente cuando se crea el contexto, el ambiente que le permite nacer.

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