Acuña, Monclova y Saltillo, entre las ciudades con menor variación en la inflación
La inflación anual en México se ubicó en 3.80 por ciento durante noviembre de 2025, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) publicado por el Inegi. Tres ciudades coahuilenses -Acuña, Monclova y Saltillo- destacaron por sus menores variaciones en esta quincena, todas cercanas al 0.11 por ciento.
Los incrementos más notorios se dieron en electricidad, tras la conclusión del subsidio de tarifas de verano en 11 ciudades; en el transporte público colectivo, un gasto diario para millones de trabajadores; en el jitomate, básico en la dieta mexicana; y en los precios de loncherías, fondas, torterías y taquerías, reflejo del costo creciente de comer fuera de casa. En contraste, algunos productos mostraron bajas en sus precios, como el vino de mesa, el aguacate, la papa y otros tubérculos, así como el ron. Estas reducciones, aunque positivas, tienen menor incidencia en el consumo popular frente a los aumentos en servicios básicos y alimentos de uso cotidiano.
El nivel del índice alcanzó 142.645 puntos, lo que representó un aumento mensual de 0.66 por ciento. Aunque la cifra es menor a la registrada en noviembre de 2024, cuando fue de 4.55 por ciento, el impacto en los hogares se sintió de manera diferenciada, especialmente en rubros esenciales para la vida cotidiana.
El índice subyacente, que excluye bienes más volátiles, creció 0.19 por ciento mensual, con un alza de 0.39 por ciento en servicios y una ligera baja de 0.03 por ciento en mercancías. El índice no subyacente aumentó 2.28 por ciento mensual, impulsado por frutas y verduras con un alza de 3.49 por ciento y energéticos con 2.97 por ciento. Este comportamiento evidencia que los factores externos, como el fin de subsidios y la estacionalidad agrícola, siguen siendo determinantes en la inflación.
El impacto no fue homogéneo en el país. Sonora, con 3.43 por ciento, y Sinaloa, con 3.14 por ciento, encabezaron las mayores variaciones. Durango, con -0.05 por ciento, y Quintana Roo, con 0.02 por ciento, mostraron estabilidad. Estas diferencias reflejan cómo las condiciones locales, como el clima, los subsidios y las dinámicas económicas, influyen directamente en el costo de vida.
El Índice de Precios de la Canasta de Consumo Mínimo (IPCCCM), que mide el gasto básico de los hogares más vulnerables, aumentó 0.85 por ciento mensual y 3.93 por ciento anual. Aunque menor al 4.23 por ciento de 2024, este indicador revela que los sectores con menor ingreso siguen enfrentando presiones significativas.
El aumento en electricidad y transporte golpea directamente a trabajadores y familias que dependen de estos servicios para su vida diaria. El encarecimiento de alimentos preparados en fondas y taquerías afecta a quienes recurren a estas opciones por economía de tiempo y costo. Las reducciones en productos como vino o ron, aunque positivas, no alivian de manera sustancial el gasto de los hogares populares.