Advierten daños colaterales por consumo de drogas
El problema de las drogas no solo afecta a quienes las consumen, sino que provoca daños colaterales en su entorno familiar y social, advirtió el pastor Valentín Bustos Cabrera, director del Centro de Rehabilitación Fe, Esperanza y Amor. Señaló que el incremento en los casos de violencia entre jóvenes y adolescentes tiene una relación directa con el consumo de sustancias ilícitas y el deterioro emocional que generan.
El pastor destacó que “las drogas están causando daño no solo al cuerpo del adicto, sino a su familia y a toda la comunidad”. Explicó que la violencia observada en secundarias y preparatorias deriva del uso de drogas, lo que evidencia una pérdida del control emocional y de los valores sociales. “Hoy vemos jóvenes que agreden a otros para ganar reconocimiento en grupos de consumo o pandillas dentro de las escuelas”, expresó.
Bustos Cabrera subrayó que los daños colaterales abarcan no solo al consumidor, sino también a los padres, vecinos y maestros. “Dentro de una adicción hay robos, saqueos y pérdida de paz en el hogar. Le robamos el sueño y la estabilidad a la familia; surgen enfermedades como la ansiedad, depresión e incluso diabetes por el estrés que se genera”, puntualizó.
La familia debe detectar señales tempranas de adicción
El director del centro Fe, Esperanza y Amor exhortó a los padres a reconocer los primeros signos de consumo en los hijos. Indicó que los cambios en el comportamiento, la pérdida de disciplina y el aislamiento emocional son señales claras de alerta. “Los padres conocen a sus hijos. Cuando notan mentiras, manipulación o ingobernabilidad, deben actuar. No es la edad ni la rebeldía; es un problema que requiere atención”, advirtió.
Aseguró que el fenómeno de las drogas se ha convertido en una enfermedad social y psicológica, que domina la mente de los jóvenes al punto de hacerlos creer que controlan su vida. “Hoy vemos homicidios, suicidios y jóvenes viviendo detrás de una máscara. Están atrapados en una mentira, mientras sus familias sufren las consecuencias”, expresó el pastor.
Solo cinco centros de rehabilitación están reconocidos oficialmente
Bustos Cabrera reveló que de los 38 centros de ayuda existentes en Monclova, únicamente cinco están reconocidos por las autoridades estatales y municipales, y de ellos solo dos ofrecen atención gratuita psicológica y psiquiátrica a las familias. “Nosotros somos uno de esos centros. Nuestra misión es restaurar al adicto, pero también restaurar a la familia, porque el daño no termina en quien consume”, señaló.
Agradeció el apoyo del alcalde Carlos Villarreal Pérez y del Departamento de Desarrollo Social del Ayuntamiento, quienes colaboran con el centro para brindar atención oportuna a las familias afectadas. “Buscamos llevar paz al hogar, porque la rehabilitación no es un castigo, es un proceso que requiere respeto, paciencia y voluntad”, agregó.
El pastor lamentó que algunos lugares no tomen con seriedad el proceso de rehabilitación y lo conviertan en espectáculo. “Llevar imitadores o payasos a un centro no ayuda. Aquí trabajamos con fe, con respeto y con el compromiso de transformar vidas”, concluyó.