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Del skin care intensivo al skinimalismo

A partir de la pandemia por covid-19 se registró un incremento notable en la venta de productos para el cuidado de la piel, en gran parte impulsado por influencers, sin embargo, hoy las finanzas han orientado el consumo hacia el “más es menos”.

Imagen: Unsplash/ Content Pixie

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KATHERINE BRICEÑO

El término skin care (que se traduce como “cuidado de la piel”), tan sonado en los últimos años, se refiere a las rutinas faciales y a los productos que son utilizados en estas. Con el auge de las redes sociales, este vocablo se volvió popular debido a la divulgaciónque le dieron las creadoras de contenido de belleza.

Pese a que es un hábito que se ha extendido en la actualidad, no es algo que se inventara recientemente. Sus inicios se remontan al Antiguo Egipto, cuando las personas usaban la leche de burra para hidratar su epidermis. Esta civilización es considerada la pionerade la cosmética.

De acuerdo a la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA), el skin care contemporáneo cobró impulso a partir de la pandemia de covid-19, en el año 2020. Desde entonces ha aumentado la cantidad de dinero que invierten las personas, sobre todo las mujeres, en estos productos. En 2024, las ganancias de este nicho registraron un incremento del 7.4 por ciento respecto al año anterior, aunque las tendencias de consumo están cambiando.

La tendencia del cuidado de la piel cobró impulso apartir de la pandemia por covid-19. Imagen: Unsplash/ Tanya Barrow
La tendencia del cuidado de la piel cobró impulso apartir de la pandemia por covid-19. Imagen: Unsplash/ Tanya Barrow

TENDENCIAS EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

Como se ha mencionado, las creadoras de contenido de belleza han sido las principales promotoras de esta cultura de cuidado del rostro. Al mostrar sus pieles aparentemente perfectas (por lo general usando filtros), motivan a sus seguidores a querer verse igual ya consumir los artículos que muestran en sus videos. Tanto así que resulta común encontrar en Internet un sinfín de consejos que se adecúan a las necesidades personales de cada quien.

Entre el público más joven, las rutinas faciales se han puesto de moda como una forma de prevención. En redes sociales se les inculca una preocupación por el bienestar de su tez, algo que antes no sucedía. Sin embargo, esto es un arma de doble filo porque, si bien es positivo evitar futuros riesgos, el uso inadecuado de productos —como aplicar más de lo debido de acuerdo a su edad—, puede generar más problemas que beneficios a largo plazo.

En este contexto, es posible que surja una adicción a la cual se le conoce como cosmeticorexia. Consiste en una obsesión por tener la piel perfecta y quienes la padecen suelen acumular una gran cantidad de tónicos, mascarillas, cremas, sueros, etcétera, siempre con la fiel creencia de que tendrán mejores resultados entre más productos se apliquen. Esto es peligroso, pues un exceso de tratamientos sólo causará sensibilidad en la piel y habrá una mayor probabilidad de desarrollar dermatitis.

Sin embargo, con el transcurrir de los años ha surgido un nuevo término: el skinimalismo, que se refiere a hábitos de skin care con menos pasos, totalmente lo opuesto a lo que se venía promoviendo desde la pandemia. Ahora la tendencia se basa en “menos es más”, proponiendo nuevas prácticas de cuidado enfocadas en ungüentos con beneficios múltiples, propiciando rutinas más cortas y simples, pero efectivas.

Esta corriente empezó en Suecia, cuyos habitantes optan por el consumo responsable, limitándose a adquirir únicamente lo que necesitan para, además, generar ahorros a largo plazo. Es decir, no sólo se trata de una decisión de salud, sino también financiera.

El skin care se ha promovido entre la juventud como un hábito preventivo, pero puede causar irritación y
dermatitis si no se realiza correctamente. Imagen: Unsplash/ Barbara Krysztofiak
El skin care se ha promovido entre la juventud como un hábito preventivo, pero puede causar irritación y dermatitis si no se realiza correctamente. Imagen: Unsplash/ Barbara Krysztofiak

LA ECONOMÍA DEL SKIN CARE

De acuerdo con Statista, portal de estadísticas y datos de mercado, en el año 2023 el país que encabezó la industria de artículos para el cuidado de la piel fue Estados Unidos, con una recaudación de 23 mil 590 millones de dólares. Le siguieron Japón y China, con ingresos de 22 mil 330 y 20 mil 700 millones de dólares respectivamente.

La empresa canadiense Precedence Research, proveedora de análisis estratégicos de mercado, dio a conocer que los productos anti-edad en 2021 estaban valuados en 60 mil 420 millones de dólares a nivel mundial, con una proyección de que en 2030 lacantidad se duplicará, lo que significa un incremento anual de 7.9 por ciento.

En 2024, en México se obtuvieron 420 mil millones de pesos en ventas. Aunado a esto, un dato interesante es que este sector genera más de 250 mil empleos directos e indirectos en territorio nacional, representando también alrededor del dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el área manufacturera.

Estas cifras colocan al país como uno de los que registran un mayor número de exportaciones, ocupando el primer puesto en Latinoamérica y el tercero a nivel mundial, solo por debajo de Estados Unidos y Brasil.

Sin embargo, el presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos (Canipec), Carlos Benzuza, destacó que, en 2025, este sector no alcanzará a tener el crecimiento del seis por ciento que se obtuvo el año pasado, debido a la situación económica generalizada en el mundo.

El 90 por ciento de los mexicanos ha modificado sus rutinas faciales debido a la elevación de los costos, optando por consumir menos productos, pero más prácticos y efectivos, según datos arrojados por una encuesta de la empresa multinacional de cosméticos Avon. Un 46 por ciento de los entrevistados prefieren adquirir artículos multiusos y un 44 por ciento busca las promociones y descuentos. Las compras para el cuidado de la piel más populares son aquellas relacionadas con el combate del acné y la pérdida de cabello, así como las cremas y sueros para el rostro.

Durante los últimos años se popularizaron las rutinas faciales de múltiples productos, pero eso ha cambiado últimamente debido a la inflación. Imagen: Unsplash/ Kalos Skincare
Durante los últimos años se popularizaron las rutinas faciales de múltiples productos, pero eso ha cambiado últimamente debido a la inflación. Imagen: Unsplash/ Kalos Skincare

MÁS DESAFÍOS

Otra preocupación en el país es la piratería, es decir, la clonación irregular e insalubre de mercancía. Incluso puede considerarse que la distribución de clones probablemente ocupa el cinco por ciento de este mercado, además de implicar un riesgo para la salud.

Una inquietud más es la inseguridad existente en las carreteras, sobre todo para cargas de alto volumen y valor, como lo son las fragancias. Si bien no hay una cifra exacta de las pérdidas anuales que representan los robos a vehículos comerciales, es claro que significan sobrecostos importantes para las empresas.

Aun así, según un artículo publicado por El Financiero, invertir en la industria de la belleza en México es una buena apuesta, pues los consumidores se muestran cada vez más interesados en ella debido a la popularidad que ha alcanzado en redes sociales, donde los y las influencers ya no pintan al skin care como una decisión, sino más como una obligación ligada al amor propio y la salud.

Si bien los cambios en la economía compelen a los compradores a replantearse sus prioridades, también simbolizan nuevas formas de consumo: en México el 63 por ciento de las mujeres se inclina por una rutina de máximo tres pasos, pero esto no representa un menor interés en el autocuidado, sino que es precisamente aquí donde surge el skinimalismo. Como ya se mencionó, esta tendencia se justifica con la premisa de que menos es más, sin embargo, su verdadero trasfondo es la recesión económica que se vive globalmente.

Antes, las marcas caras y famosas eran las más buscadas, tanto por su calidad como por el estatus que ofrecen, pero con la disminución del poder adquisitivo las personas ya no se dejan llevar por el mero prestigio, sino que basan sus decisiones en la funcionalidad de lo que van a comprar, incluso investigando más a fondo la fórmula de cada producto, siempre procurando proteger no sólo la piel, sino también el bolsillo.

Instagram: @katherine.x.

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