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Dilemas éticos

YAMIL DARWICH

Vivimos la era mundial con cambios radicales; los enfrentamos desde el punto de vista ético y moral, esos que hasta el siglo anterior fueron aceptados como buenos y/o malos entre los humanos.

Hemos sobrepasado las fronteras del pasado, cuando participaban las grandes posturas entre etnias, religiones y creencias que auto evaluaban sus realidades con visiones diferentes.

Sin embargo, prevalecía el concepto de bien, que incluía la generalización de las bases de la ética -individuos- y la moral -sociedades- en la convivencia con respeto. Occidente y Oriente son buenos ejemplos.

Otro aspecto: la aceptación con tolerancia de posturas religiosas y fe, caso de cristianos e hinduistas, por ejemplo.

Hoy, encontramos la fuerte influencia de un nuevo factor: el desarrollo científico y tecnológico, que obligan a repensar sobre los principios de aceptable o inaceptable.

La Inteligencia Artificial nos ha entregado alternativas en el manejo del conocimiento que jamás hubimos pensado:

En educación, la interacción instantánea entre maestro y alumno se ha transformado en planetaria intercomunicada, haciéndolos presentes desde el aula con el mundo entero, adquiriendo aprendizajes de conocimientos/saberes y posturas filosóficas diferentes, lo aceptable -o no- para la convivencia social.

Un buen ejemplo lo encontramos en el desarrollo del pensamiento aplicado a la productividad. Las conclusiones y recomendaciones -por no decir, indicaciones- de los programas de IA, ahora influyen más que las opiniones de los expertos del campo en cuestión; definir procesos de producción, distribución, venta y hasta diseño de productos, ahora pasan por el tamiz de los ordenadores y cada día hacen que disminuya la participación humana en las plantas productivas.

En tal cambio en las formas de vivir, la robótica es ahora una rama de interconexión con la aplicación del conocimiento en la vida cotidiana y laboral. Cada día, la presencia de novedosas funciones de los androides nos sorprende, ofreciéndonos más y mejor productividad, logrando mayores ganancias.

En la industria turística y gastronómica, los sistemas computarizados para su operación son aplicaciones del pasado; como ejemplo: recepcionistas, meseros y hasta cocineros en un restaurante japonés, ahora, son tareas de robots inteligentes.

Pero su desarrollo va más allá: encontramos aplicaciones de la robótica en los hogares: un equipo de la Universidad de Edimburgo presentó un robot que puede encontrar una taza, abrir cajones y preparar café en una cocina, adaptándose a objetos que se mueven o al entorno que no conoce de antemano. La limpieza ya es cuestión del uso de máquinas inteligentes.

La investigación científica y de exploración, ahora es auxiliada por robots que pueden llegar a profundidades de minas o mares en condiciones que nuestras limitaciones físicas lo impiden; hay desarrollo de unidades, inspiradas en organismos marinos que están siendo utilizadas para exploración subacuática; en manipulaciones delicadas y entornos poco estructurados; o en trabajos que requieren flexibilidad y adaptabilidad. Ejemplos: los arqueólogos japoneses hacen uso de ellos en su exploración de las pirámides egipcias; la minería los aprovecha; incluso para operaciones de rescate de personas.

Los robots tienen integradas cámaras, sensores y algoritmos de IA -incorporado todo el conocimiento humano- para mejorar su percepción; reconocen objetos, se adaptan a cambios y aprenden de su entorno.

Algunos, ya son capaces de tomar decisiones sin consultar al humano que los opera y -muy discutido- están llegando a la independencia total, incluidas decisiones y acciones que pudieran poner en entredicho la seguridad y el futuro de nuestra especie.

En China, durante una exhibición, un robot utilizado como parte del sistema de seguridad, pareció intentar agredir a una persona de la primera fila. Fue controlado por vigilantes humanos.

En medicina, los avances son sorprendentes: la robótica médica ya es aplicada en distintas especialidades quirúrgicas y su trabajo en enfermería, asistencia y hasta mantenimiento están siendo investigadas, aún en etapas de generalización.

La noticia inesperada es su aplicación como úteros gestantes de bebés que reciben los cuidados y nutrientes en forma óptima, siendo alternativa para parejas con problemas de esterilidad y sostenimiento de embarazos que los especialistas califican como de "productos valiosos".

La enorme duda aparece en las cuestiones de ética y moralidad, con preguntas respeto a la vida y la integridad humana, al menos como la conocemos: ¿qué sucederá ante la falta de participación afectiva/emocional entre las personas?; ¿cómo atenderemos el desempleo que generarán?; ¿estaremos dispuestos a compartir sus beneficios entre pobres y ricos?

Esas preguntas y otras muchas, no han sido respondidas; en tanto, la ciencia -recuerde que no incluye la moralidad- sigue avanzando a pasos agigantados.

Los dilemas éticos en este mundo posmoderno son graves y aparece la oscura posibilidad que optemos por no tomarlos en cuenta y anteponer la productividad al mismo ser humano; enceguecer a los ricos y con su aplicación, separarlos por completo de los pobres, dejando a los desfavorecidos la única alternativa de pelear por su sobrevivencia.

¿Qué piensa?

ydarwich@ual.mx

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