Ganaderos siguen sin ver resultados de programas federales
Aunque ya se dieron los primeros pasos para el rescate económico del sector ganadero en Coahuila, aún no ven resultados económicos.
El cierre más reciente de la frontera de Estados Unidos al ganado mexicano de exportación -que afecta también a los pasos fronterizos de Coahuila- se decretó el 11 de mayo de 2025.
Este bloqueo respondió a la detección del parásito gusano barrenador del ganado, que representa un riesgo sanitario para el ganado.
Los ganaderos de Coahuila han dejado de percibir hasta 50 por ciento del valor de su ganado por el cierre de la frontera para exportación a Estados Unidos, pese a que el riesgo del parásito es mínimo en temporada invernal.
Así lo afirmó Arturo Valdés Pérez, ex presidente de la Asociación Ganadera de Castaños, quien explicó que un becerro que podría venderse en 30 mil pesos en Estados Unidos, apenas alcanza en el mercado mexicano unos 15 mil pesos.
La afectación económica impacta de manera directa a los ganaderos de Coahuila y del norte de México y su cadena de valor (proveedores de alimentos especializados, cruzas para mejorar genéricas, etc.) quienes han visto frenadas sus inversiones, su capacidad de crecimiento y la movilidad de recursos.
Valdés Pérez explicó que el gusano barrenador no representa actualmente un peligro sanitario para la región, debido a que se trata de una plaga propia de climas cálidos y zonas tropicales.
“En tiempo de frío no se da, al contrario, se queda en el sur, porque es una mosca que busca climas templados y cálidos”, señaló el ex dirigente ganadero.
A pesar de este control natural que ofrece el invierno, el problema principal para el sector ganadero sigue siendo el cierre de la frontera para la exportación de ganado en pie.
Indicó que autoridades de agricultura de México y Estados Unidos han sostenido reuniones para dar seguimiento a las medidas sanitarias, sin que hasta ahora exista una fecha oficial de reapertura.
Estimó que, con un escenario optimista, la exportación de ganado podría reactivarse entre febrero o marzo, aunque reconoció que el proceso sigue siendo incierto.
El impacto económico no solo afecta a los productores, sino también a las forrajeras, transportistas, comerciantes, proveedores de alimento y al propio gobierno federal por la ausencia de impuestos.
“Todos hemos dejado de ganar, no es que hayamos perdido el ganado, pero sí estamos dejando de percibir la mitad de su valor”, expresó el ex presidente de la Asociación Ganadera de Castaños.
Programas federales buscan contener la crisis ganadera
Como parte de los apoyos al sector, Valdés Pérez informó que ya se encuentra en marcha el programa de mejoramiento genético, mediante el cual los ganaderos pueden adquirir sementales con subsidios del 50 por ciento.
Explicó que el costo promedio de los sementales es de 70 mil pesos, de los cuales el productor solo cubre 35 mil pesos, lo que permite fortalecer la calidad del hato.
Añadió que también se realizan levantamientos técnicos en los rastros para conocer sus condiciones actuales y avanzar en el proceso de certificación tipo TIF.
Subrayó que contar con rastros certificados es indispensable para la instalación de empacadoras y para poder pensar en exportaciones hacia mercados de Asia, Europa y nuevamente Estados Unidos.
Finalmente, indicó que ya se activaron esquemas de crédito para alimentación del ganado con tasas preferenciales del 8.5 por ciento anual, consideradas accesibles para el sector ganadero.
Con estas acciones, los ganaderos de Coahuila buscan resistir el impacto del cierre de frontera, mientras mantienen la expectativa de una reapertura que reactive la exportación de ganado.
