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En entrevista, la historiadora Adela Cedillo recorrió el surgimiento de la corrupción durante el periodo colonial y cómo se fue extendiendo al siglo pasado a partir de acuerdos ilícitos entre las élites.
Es en el siglo pasado cuando se fortalece otra fuente de corrupción, los ingresos del narcotráfico que eran objeto de extorsión por las fuerzas de seguridad, sean policías o el Ejército, para cobrarles a los delincuentes fuera protección, una plaza o las rutas de contrabando hacia Estados Unidos.
Este fenómeno vigente aún en el sexenio pasado del expresidente López Obrador y el actual de Claudia Sheinbaum, pese al llamado cambio de régimen por la llegada a través de las urnas de la la "cuarta transformación".
Cedillo, doctora en Historia Latinoamericana por la Universidad de Wisconsin-Madison, amplió el panorama de la corrupción actual señalando que estos nuevos gobiernos han heredado un país cuyas instituciones "están adaptadas a estos modelos de corrupción estructurales".
Planteó que la corrupción no se puede eliminar por la voluntad de un presidente, porque no es un problema individual, "Pueden hacer muchas leyes, pueden poner muchos candados, tratar de controlar el presupuesto público, pero siempre va a haber formas de ejercer la corrupción".
Declaró que al ser Morena una coalición, entraron a este personas "con las mismas prácticas de siempre", esto al señalar que no se puede tener un partido político nuevo que haga una nueva forma de ejercerla y al tiempo se nutra de cuadros antiguos de partidos con sus prácticas cuestionables de corrupción, tráfico de influencias, sobornos y más.
La corrupción en las corporaciones policiacas y militares
Adela Cedillo, historiadora critica de los militares y las policías, en especial por su acciones durante la Guerra Sucia en México cuando campesinos, minorías, guerrilleros y otros sectores más vulnerables de la población enfrentaron toda la fuerza de represión del Estado, ofreció una visión de la situación de inseguridad que vive actualmente el país.
Manifestó que estos cuerpos no tienen ninguna transparencia e históricamente el Ejército ha sido una institución con un poder ilimitado y sin ningún control a quien rendirle cuentas.
Sostuvo que son en estas fuerzas donde la corrupción "se anida" al tener más posibilidades de estar en contacto con criminales, sobornarlos, venderles protección y establecer circuitos más extensos que un cártel no podría.
Afirmó que la población tiene una percepción equivocada de que los narcotraficantes controlan el territorio, lo cual, planteó, "no sería posible sin un Ejército que los proteja".
Reconoció que los narcotraficantes podrán estar "armados hasta los dientes", pero nunca tendrán el mismo poder militar de un Estado.
"El Estado mexicano se mantiene de la venta de petróleo, remesas, turismo, impuestos de todos los mexicanos. ¿Cómo creemos que van a dar esos recursos este multimillonarios que que los pueda producir un solo cartel con actividades ilícitas?"
Cedillo señaló que si se contara con un Ejército y corporaciones policiacas que dijeran "No, aquí esto se acabó", al referirse al narcotráfico y la corrupción, "Esto se acaba".
Resumió que el problema tan imposible o que parece imposible de resolver se resume en una "corrupción estructural de estos organismos encargados de la seguridad pública y nacional, que están coludidos con las redes del crimen organizado formando redes de macrocriminalidad".
