Imparte Fundación Luz y Esperanza taller 'Sanando las heridas de la infancia'
Con un grupo de mujeres atentas, reflexivas y dispuestas a transformar su historia, concluyó el taller “Sanando las heridas de la infancia”, impartido por la Dra. Rosa María Salazar Rivera, directora de la Fundación Luz y Esperanza.
El espacio se convirtió en un encuentro íntimo donde las asistentes lograron identificar el origen de muchos de sus miedos, reacciones y patrones relacionales.
Salazar Rivera explicó que las heridas en la infancia como abandono, rechazo, humillación, traición o injusticia, dejan marcas profundas que moldean la personalidad adulta. “Cada herida tiene un mecanismo de defensa; en el caso del abandono, la máscara es la dependencia”, señaló.
Recordó que esta herida puede estar presente en mujeres que viven en relaciones violentas y es más dificil salir.
El taller abrió un espacio seguro para compartir, y las mujeres hablaron desde la verdad de su historia, donde muchas expresaron que, por primera vez, lograron poner nombre a sentimientos y conductas que habían cargado por décadas.
Una de las participantes, conmovida por el proceso, compartió:
“Siempre pensé que muchas cosas de mi carácter venían de cómo me criaron, pero no sabía que eran heridas. De las cinco heridas, dos me marcaron profundamente. A mis 68 años entendí mis reacciones. Pensaba que ya era tarde, pero no: es momento de retomar el camino. He aprendido a no engancharme y el hacer mis ejercicios de respiración me ha quitado hasta malestares físicos.”
Otra mujer habló sobre su transformación interna:
“Avancé muchísimo. Antes me ponía al último en mi vida. Ahora estoy aprendiendo a hacer cosas para mi bien. Ha sido difícil cambiar hábitos de tantos años, pero este taller me dio fuerza, claridad y herramientas para seguir.”
Finalmente, una mujer resumió su proceso con unas frases poderosas:
“Pensé que sólo tenía la herida del abandono. Pero me identifiqué con otras más. Me di cuenta de que muchas decisiones no las tomaba yo, la adulta, sino mi niña herida. Es difícil, pero estoy trabajando en cambiar mis actitudes. Este taller me ha ayudado muchísimo.”
En la sesión del cierre del taller, el cual se realizó durante varias semanas, Salazar enfatizó que la sanación no es inmediata, sino un proceso diario, e invitó a las mujeres a realizar ejercicios de respiración, autocuidado y reflexión constante, reconociendo que la finalidad no es cambiar a los padres, la pareja o los hijos, sino convivir con ellos desde un yo más consciente, libre y fortalecido.
Para muchas, este espacio representó el inicio de un camino personal. No sólo aprendieron sobre las heridas de la infancia, sino que lograron reconocerse, reconciliarse con su historia y comenzar a construir relaciones más sanas consigo mismas y con quienes aman.
La fundación mencionó que este 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, es una fecha que tiene el objetivo de generar consciencia para prevenir y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas en el mundo.
Por tal motivo, desde Fundación Luz y Esperanza se seguirá insistiendo en la importancia de fortalecer espacios seguros, de formación y acompañamiento que permitan a las mujeres construir autonomía y acceder a una vida libre de violencia.

