En 2024 ocurrieron aproximadamente 33.5 millones de delitos en el país, pero solo el 9.6% fueron reportados a las autoridades. (ARCHIVO)
En 2024 ocurrieron aproximadamente 33.5 millones de delitos en todo el país. Sin embargo, solo el 9.6% de estos hechos fueron reportados formalmente ante las autoridades, una cifra que incluso disminuyó respecto a 2023, donde el porcentaje fue de 10.4%. Esto refleja una realidad preocupante: la mayoría de los delitos permanecen en la clandestinidad, invisibles para las instituciones y, en muchas ocasiones, para la sociedad misma.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2025 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que en México, la realidad delictiva sigue siendo una de las grandes heridas abiertas en la sociedad. Aunque las estadísticas oficiales muestran cifras alarmantes, una verdadera dimensión de la inseguridad se mantiene en la sombra -la cifra oculta, esa parte invisible del iceberg que revela cuántos delitos realmente no se denuncian ni investigan.
El Informe indica que las principales razones por las cuales las víctimas optan por no denunciar son el pérdida de tiempo y la desconfianza en las autoridades. En cifras, el 34.6% considera que el proceso de denunciar es demasiado largo y complicado, mientras que otro 14% desconfía de que las autoridades tomen en serio su caso. Estos datos reflejan un clima de desconfianza social que alimenta la cifra oculta.
El problema se acentúa en delitos de alto impacto como secuestro y extorsión, donde la cifra oculta alcanza niveles alarmantes: aproximadamente el 98.1% y 97% de estos delitos, respectivamente, no se divulgan ni investigan. En contraste, delitos que como el robo total de vehículo, muestran menores cifras, con un 35.7%.
De las denuncias que sí son presentadas y avanzan a una carpeta de investigación por parte del Ministerio Público (o fiscales estatales), en un 39.2% de los casos no sucede nada, de acuerdo a la información de Inegi, es decir, no se llega a una resolución o incluso la denuncia queda en la impunidad. La percepción social es que denunciar no garantiza justicia, lo que favorece aún más la cifra oculta y la sensación de vulnerabilidad.
Organismos de la sociedad civil han reiterado que la cifra oculta no sólo refleja una problemática de estadística, sino que evidencia un profundo sentimiento de desamparo y desconfianza que afecta la seguridad y bienestar de todos. Indican que cuando la sociedad percibe que denunciar no resulta en justicia, se genera un círculo vicioso que perpetúa la impunidad, alimenta la delincuencia y aumenta el temor en las calles.
