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Australia aplicará a partir del 10 de diciembre una de las restricciones más estrictas del mundo en cuanto al acceso de niños a redes sociales, al prohibir que los menores de 16 años tengan cuentas en algunas de ellas. La medida ha generado un intenso debate entre especialistas, que discrepan sobre si los protege o los aísla, exponiéndolos a mundos digitales menos supervisados.
En un encuentro en Sídney, Catherine Page Jeffery, experta en prácticas juveniles en línea, y el profesor Terry Flew, académico en regulación digital, ambos de la Universidad de Sídney, expusieron visiones contrapuestas sobre la eficacia y pertinencia del veto, aunque coincidieron en la necesidad de reforzar el control sobre las plataformas tecnológicas.
Page Jeffery calificó la propuesta como “un instrumento demasiado burdo”, al considerar que responde de forma simplista a problemas complejos relacionados con el uso juvenil de Internet.
Sostuvo que la evidencia científica que vincula redes sociales y salud mental es inconclusa y recordó que más de 140 académicos firmaron en 2023 una petición contra la iniciativa, mientras diversas organizaciones de derechos de la infancia alertan de su potencial impacto negativo.
Según la investigadora, el acceso a plataformas digitales constituye para muchos adolescentes un espacio crucial de socialización, especialmente para aquellos que pertenecen a la comunidad LGBT+, que viven en zonas remotas o en contextos culturalmente diversos. También advirtió que el veto podría empujar a los jóvenes hacia canales menos regulados y más difíciles de supervisar, lo que aumentaría los riesgos en lugar de reducirlos.
“Si eliminamos por completo su presencia en redes, les quitamos la oportunidad de aprender a interactuar de manera segura”. Además, señaló que la medida puede “menoscabar el desarrollo de alfabetización mediática y pensamiento crítico”.
Por su parte, el profesor Terry Flew situó el nuevo marco legal en un contexto global de desconfianza hacia la autorregulación de las plataformas. Destacó que, en este sector, el poder concentrado en un reducido grupo de empresas ha configurado un ecosistema digital “orientado a la extracción de datos y a la manipulación algorítmica”, incluidos patrones publicitarios dirigidos a menores. “La confianza en las promesas de autocontrol se agotó”.
Asimismo, aunque el vínculo entre redes socia les y daños psicológicos no es concluyente, aseguró que existe “una preocupación pública sostenida” alimentada por episodios de angustia juvenil, especialmente tras la pandemia.
Pese a que la industria prohibía desde hace décadas la participación de menores de 13 años, “nunca aplicó sus propias reglas”, lo que para él justifica una intervención más contundente por parte de Australia.
DESAFÍO EN LA VERIFICACIÓN DE EDAD
Uno de los retos centrales para el cumplimiento de la norma será la verificación de edad, que requerirá un despliegue gradual de sistemas técnicos. El gobierno australiano ha propuesto un modelo que combina tecnologías de reconocimiento facial, análisis de datos existentes en empresas y nuevos mecanismos desarrollados por las plataformas.
Según ambos expertos, muchos adolescentes podrían recurrir a cuentas falsas, perfiles de familiares u otros espacios virtuales privados, aunque Flew consideró que, si la presencia juvenil disminuye, las redes sociales de por sí resultarán menos atractivas para sus coetáneos.
El profesor anticipó posibles impugnaciones legales, incluida una acción de la recién formada Coalición de Libertad Digital, que argumenta que la ley vulneraría el derecho implícito de los menores a la comunicación política.
También señaló la posibilidad de que compañías estadounidenses recurran a medidas legales argumentando que existe un conflicto con el acuerdo de libre comercio entre Australia y Estados Unidos.
Page Jeffery insistió en que la prohibición, por sí sola, no resolverá los riesgos de estar en línea, y abogó por una estrategia más amplia que combine educación digital, acompañamiento familiar, herramientas de seguridad y mejoras en el diseño de las plataformas.
La comunidad internacional observa el caso australiano con atención. Países como Francia, Dinamarca y Nueva Zelanda estudian regulaciones similares, a la espera de conocer si la iniciativa logrará reducir los daños relacionados con el uso adolescente de redes sin generar efectos secundarios indeseados.
¿A QUIÉNES APLICA?
La lista a la que aplicará la norma abarca Facebook, Instagram, Kick, Reddit, Snapchat, Threads, TikTok, X, YouTube y, más recientemente, Twitch. La Oficina de Seguridad Electrónica de Australia (eSafety) notificó el 21 de noviembre que esta última también deberá actuar conforme a la nueva legislación.
La decisión llega tras la autoevaluación presentada por la propia Twitch, a partir de la cual eSafety concluyó que el servicio cumple los criterios de la restricción al tener como propósito principal la interacción social en línea y contar con funciones diseñadas para fomentar la participación entre usuarios.
Twitch, con sede en Estados Unidos, es utilizada mayoritariamente para realizar transmisiones en directo y publicar contenido que permite a las personas comunicarse alrededor de las mismas.
En contraste, eSafety informó a Pinterest que no está sujeta a una edad mínima de uso porque, aunque permite cierto grado de interacción, esta no constituye su finalidad principal, la cual es recopilar imágenes como inspiración o registro de proyectos personales.
INICIA EL PROCESO
Snapchat ha empezado a enviar notificaciones en la aplicación, por correo electrónico y por SMS a los perfiles que considera que podrían pertenecer a menores de 16 años —estima que alrededor de 440 mil corresponden a individuos entre 13 y 15 años—, según su actividad o la edad declarada.
De acuerdo con la compañía, los usuarios recibirán un aviso con la opción para “verificar su edad” y podrán hacerlo a través de ConnectID —un sistema vinculado a cuentas bancarias australianas—, con un documento oficial como pasaporte o permiso de conducir, o mediante estimación facial con una selfie. Según la empresa, no accederá a documentos, imágenes o datos bancarios en ninguno de estos procesos.
Quienes no tengan 16 años verán sus cuentas bloqueadas a partir del 10 de diciembre, pero podrán descargar sus datos durante los tres años posteriores, periodo en el que, si cumplen la mencionada edad, podrán reactivar el perfil previa verificación.
“Desconectar a los adolescentes de sus amigos y familia no los hace más seguros”, señaló la firma en un comunicado, donde advirtió que la medida podría empujar a los jóvenes hacia aplicaciones menos seguras. No obstante, la compañía confirmó que cumplirá la norma “como hace con todas las leyes locales”.
Meta, propietaria de Facebook e Instagram, inició un proceso similar de notificación a mediados de noviembre. TikTok y Kick afirmaron que acatarán la legislación, aunque aún no han detallado su plan para hacerlo, mientras que YouTube, X, Reddit y Twitch no han comunicado su postura.
Las empresas que incumplan la ley podrían enfrentar multas de hasta 49.5 millones de dólares australianos (unos 32 millones de dólares estadounidenses).
eSafety recordó que, si bien corresponde a los tribunales determinar en última instancia si un servicio entra en la categoría de plataforma restringida por edad, sus evaluaciones pretenden ayudar a las familias y empresas a prepararse de cara al 10 de diciembre.
Redacción S.N.
