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Una de las creencias más arraigadas que impacta el ejercicio de la sexualidad es la de considerar un solo modelo de normatividadpara definir cuáles cuerpos son bellos y deseables. Todo lo que no llene ese envase social es rechazado, estigmatizado, sujeto de burla y ostracismo.
Considerar la delgadez como sinónimo de belleza construye una muralla alrededor de aquellos que tienen algún grado de sobrepeso u obesidad. Personas con trastornos en la piel, cicatrices, alguna malformación o amputación muchas veces son inmediatamenteechadas de lado. No se diga la raza, color de piel, creencias religiosas o pertenencia a un grupo social, factores que pueden ser motivo de mofa y escarnio.
La elección como compañero de alguien con secuelas intelectuales o motrices, como es el caso de la parálisis cerebral, genera estigmas, además de que se tiende a infantilizar a quien vive con esta condición, negando la manifestación de su sexualidad.
La cerrazón para aceptar la diversidad sexual es suficiente para discriminar a las personas trans, sin ningún miramiento. En este sentido, la intersexualidad también es una condición que no sólo pone a prueba a quien la vive, sino que lo somete a la incomprensión y rechazo de individuos que ignoran todo al respecto.

Otro grupo duramente atacado por los prejuicios son los adultos mayores, pues se les niega la expresión de su sexualidad por considerarla ridícula o simplemente imposible.
Esta conducta de aversión hacia lo que no se ajusta a un criterio hegemónico es promovida por círculos sociales dominantes o mayoritarios.
La crueldad con que pueden llegar a ser etiquetados aquellos que no cubren los requisitos normativos de atracción son infinitos. Algunos provienen del entorno y otros de la lucha interna a la que cada uno se enfrenta para aceptar su propia condición.
En estos últimos casos, imaginarse en un lance pasional les provoca más incomodidad que goce, ya que temen a la burla, la disfuncionalidad o la incapacidad de dar y recibir placer sexual.
Quienes poseen cuerpos que caben dentro de la normatividad no están exentos de presentar inseguridades, ya que el contexto en que cada uno se desarrolla crea su autoconcepto.
Por ello vemos que hombres y mujeres aparentemente atractivos sufren al exigirse ciertos estándares de belleza, para lo cual recurren a procedimientos cosméticos o de cirugía plástica. No aceptan su aspecto actual.

ENFRENTAR LAS DIFICULTADES
En el libro El jardín perfumado, manual erótico árabe realizado con el propósito de facilitar la vida sexual en pareja, existe una apartado destinado a la complementación entre individuos de muy alta o muy baja estatura, con altos niveles de obesidad odiferentes complexiones, afirmando que el placer está garantizado a aquellos amantes que lo busquen con conocimiento y autenticidad. Cientos de años han transcurrido y esta guía sigue vigente.
En la práctica profesional diaria se atiende a mujeres que han sufrido amputación de uno o ambos senos. Su apariencia cambia, mas no su capacidad sexual. Sin embargo, su autopercepción puede verse afectada al creer que ya no son deseables a los ojos de su pareja.
También hay casos de mujeres que han padecido cáncer cervicouterino y después de los procedimientos médicos quedan con dificultad para excitarse, lubricar vaginalmente y alcanzar orgasmos. Esto impacta en su autoestima; no obstante, existen tratamientos clínicos y psicológicos que pueden contribuir a la recuperación de su respuesta sexual.
Para quienes se ven limitados en su movilidad, la biomedicina y la ingeniería biomédica ofrecen alternativas con el fin de facilitar posiciones que no lograrían alcanzar sin ayuda.
El apoyo psicosexológico es indispensable para construir una sexualidad en torno a las particularidades de cada quien.
El deseo no está circunscrito a verse como tal o cual persona. Hay que aceptar los rasgos que constituyen la propia identidad. Ladiversidad de cuerpos indica que ninguno es perfecto y, por lo tanto, todos lo son. Hay gustos para todo el mundo.

INCLUSIÓN Y JUSTICIA
La expresión más amplia y completa de la sexualidad inclusiva es la justicia sexual, que garantiza la plena autonomía, el deseo y elacceso al placer para todos, independientemente de su cuerpo, identidad, capacidad o historia. Esta busca desmantelar las opresiones que limitan la expresión sexual y es más amplia que la mera inclusión, pues implica:
Reconocimiento. Aceptar que la sexualidad es un derecho humano fundamental para todas las personas, no sólo para aquellas que cumplen con la norma hegemónica.
Reparación. Abordar el daño histórico y sistémico causado por los estigmas —como la infantilización o la negación del deseo— a fin de crear espacios de sanación y empoderamiento.
Acceso. Garantizar que los recursos —educación, atención médica, productos de apoyo, espacios seguros— sean accesibles y diseñados para la diversidad corporal y funcional.
Un ejemplo simple de este tipo de justicia sería la construcción de rampas y otras instalaciones en hoteles que permitan el fácil ingreso de personas con particularidades motrices o que dependen de silla de ruedas.
También lo es desarrollar juguetes sexuales amigables para individuos con mayor sensibilidad al dolor o dificultades con la movilidad, tomando en cuenta las necesidades especiales de cada miembro de la población para favorecer el goce carnal, sea coital o no.
Por supuesto, es vital la formación médica que facilite la expresión sexual de los pacientes, que oriente y apoye a la mejor realización de la actividad erótica. A esto se le añade la terapia encaminada a desmantelar la vergüenza interna y a propiciar el empoderamiento del cuerpo para brindarle placer.
Finalmente, es necesario promover la educación sexual integral para que la diversidad corporal sea la norma, enseñando a los jóvenes acerca del consentimiento adoptado, entendido y no impuesto, así como acerca del placer no-coital y la comunicación con parejas con diferentes particularidades, donde la única opinión o percepción importante sea la propia.
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