Llama Iglesia a vivir con coherencia la fe cristiana
Durante la misa dominical en el templo de Santiago Apóstol de Monclova, el sacerdote Isaac Cortés llamó a los feligreses a vivir su fe con coherencia, sinceridad y testimonio visible, al recordar que “el cristiano debe tener olor a Cristo y no convertirse en un creyente insípido”. El presbítero destacó que este domingo fue considerado “el domingo de la fe”, al estar centradas las lecturas en la virtud teologal que sustenta la esperanza y el amor cristiano.
El padre Cortés explicó que tener fe es “creer en lo que no se ve ni se toca”, confiando plenamente en el Dios creador que sostiene y ama a su pueblo con infinita misericordia. Señaló que el apóstol San Pablo invita a no temer dar testimonio del amor de Cristo, especialmente en un tiempo que la Iglesia vive bajo el jubileo de la esperanza. “Hemos sido salvados en la esperanza que proviene de Cristo Jesús”, mencionó durante su homilía.
El sacerdote monclovense indicó que la fe debe vivirse de manera activa, con acciones que reflejen lo que se profesa. “Creo en Cristo, le creo a Cristo y vivo como Cristo”, expresó al exhortar a los creyentes a actuar con congruencia y convicción en cada aspecto de su vida cotidiana.
Subrayó que las tres virtudes teologales —fe, esperanza y caridad— son el fundamento del caminar cristiano, pues el amor es la fuerza creadora, la esperanza la salvación y la fe el sustento del alma. “Hemos sido creados en el amor, salvados en la esperanza y sostenidos por la fe”, puntualizó el sacerdote.
Enfatizó además la necesidad de mantener viva la identidad cristiana, comparando al creyente sin testimonio con la sal que pierde su sabor. “Ser cristianos sin Cristo es como la sal sin sodio, una fe sin fuerza, sin sabor, sin el aroma del Evangelio”, dijo al invitar a los asistentes a ser “testigos del amor de Dios en sus actos y palabras”.
Finalmente, el padre Isaac Cortés pidió a los fieles orar para permanecer firmes en la fe recibida y para ser coherentes con ella en todo momento. “Pidámosle al Señor que nos conceda la gracia de vivir como Cristo vive, de sentir y pensar como Él, y ser testigos verdaderos de su amor cada día”, concluyó, impartiendo su bendición en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.