México vive una crisis de inseguridad que el gobierno se niega a reconocer: diputado
La crisis de inseguridad que atraviesa México golpea con mayor fuerza al campo, según advirtió el diputado Marcelo Torres Cofiño. El legislador señaló que, mientras el gobierno federal organiza actos masivos de celebración política, miles de familias rurales enfrentan diariamente extorsiones, robos y amenazas que ponen en riesgo su vida y su sustento.
“Hoy México vive una crisis de inseguridad que el gobierno se niega a reconocer, y el campo es quien más lo sufre”, expresó.
Indicó que, de acuerdo con cifras oficiales, en 2024 se registraron 33,241 homicidios en el país, lo que equivale a un promedio de 91 asesinatos diarios. México ha sido señalado como el país con más mercados criminales del mundo, según la Global Initiative Against Transnational Organized Crime. Además, el registro nacional acumula más de 130,000 personas desaparecidas y no localizadas, una cifra que sigue creciendo de manera constante y que ha llamado la atención de organismos internacionales como Naciones Unidas.
En las zonas rurales, productores y transportistas reportan extorsiones, cobro de piso y robos a transporte de carga. En algunos corredores estratégicos, los delitos han aumentado más de un 20 por ciento, lo que ha generado una caída drástica en la sensación de seguridad. Torres Cofiño subrayó que “el campo trabaja bajo amenazas, paga extorsión y se juega la vida en cada traslado”, mientras el gobierno federal organiza actos como el denominado Claudiafest en el Zócalo capitalino.
El legislador criticó que, mientras se presume poder político en plazas llenas, la realidad se vive en las carreteras y comunidades rurales. Productores han bloqueado caminos con tractores para exigir ser escuchados, mientras la nueva Ley de Aguas ha encendido la inconformidad en el sector agrícola, que la percibe como una medida que los deja más vulnerable. En paralelo, miles de familias viven entre el miedo y la incertidumbre, sin respuestas claras de las autoridades.
Torres Cofiño aseguró que su postura es firme: no permitir que se ignore la inseguridad que destruye al campo ni que se impongan leyes que lo debiliten aún más.
“El país exige soluciones reales, no discursos vacíos ni mítines masivos”, declaró. Para el diputado, lo ocurrido en el Zócalo no fue un festejo, sino una provocación: “Hablar de ‘transformación’ frente a un país secuestrado por la violencia es un insulto. Mientras Morena celebra, los productores viven extorsionados, asaltados y amenazados; mientras la Presidenta aplaude, el campo trabaja con miedo”.
