TIEMPO DE PEREGRINACIONES, DANZAS Y BANDAS DE GUERRA
Diciembre es el mes que destaca en el calendario mexicano por las procesiones de carácter religioso instituidas y organizadas por la Iglesia Católica para que los creyentes se acerquen a María de Guadalupe a venerarla y agradecerle los favores y beneficios que de ella han recibido. Peregrinaciones que inician desde el día primero del citado mes y concluyen el día 12, porque es el día en que, de acuerdo a la leyenda y tradición católica, en 1531 se apareció María la Virgen al indígena Juanitzin, a quien le dio la encomienda de presentarse ante el Obispo de la Nueva España, que entonces era Fray Juan de Zumárraga, con la petición de que se le construyera un templo en el Cerro del Tepeyac.
"Juan Dieguito, la Virgen, le dijo: Este cerro elijo, este cerro elijo Para hacer mi altar. . ." Es una festividad, religiosa de origen, tan acendrada en el pensamiento y espíritu del mexicano, que se ha convertido en un evento socialmente aceptado por los sectores de la sociedad, aún por los que no profesan la religión católica. El 12 de diciembre es un día de fiesta; se tiene como día inhábil, se suspenden actividades en los centros escolares, en algunas dependencias gubernamentales, en las instituciones bancarias, en varios comercios e industrias para que trabajadores y estudiantes participen en la peregrinación y vayan a ver a la Virgen.
De niño y siendo joven todavía, gustaba de ver estas manifestaciones de fervor y fe, especialmente, las danzas, "los matachines" que así les decíamos entonces, en aquella época las integraban sólo hombres; hoy y desde hace algún tiempo, en los grupos danzantes predomina el elemento femenino, prácticamente han desplazado a los caballeros. Las danzas de ahora están integradas por mujeres, niñas, adolescentes y señoras ataviadas con vistosos y atrevidos trajes, algunas damas jóvenes que dejan al descubierto algo de sus encantos. Dato curioso porque durante mucho tiempo las damas no podían entrar al templo si cubrir su cabeza con velo o "pañoleta", mucho menos con falda corta o blusa sin mangas. Declaro sin ambages que la mujer merece respeto y lo tiene de mi parte; sin embargo, y no soy puritano ni mojigato, ni me asusto. Hoy ingresan las mujeres a capillas, parroquias y catedrales con tal vestimenta y nadie se inquieta por ello. ¡Cosas veredes Mío Cid! De cualquier manera, las peregrinaciones y sus danzas son todo un espectáculo y forman ya parte del folklore nacional; son más vistosas las que se acompañan de una banda de guerra, que también se lucen.
Tenía tiempo que no presenciaba una procesión, pero este domingo 7 de diciembre, como a las 5 de la tarde nos desplazábamos mi esposa Lupita, y yo por la Avenida Hidalgo de Gómez Palacio, de norte a sur con destino a nuestro domicilio; en sentido contrario avanzaba un numeroso grupo de peregrinos con sus respectivos danzantes. Le abría paso una estupenda Banda de Guerra que interpretó con los clarines "La Guadalupana" y "Buenos Días Paloma Blanca", dos cánticos clásicos de esta época.
Estacionamos el auto en la esquina de avenida Hidalgo y calle Ocampo, para dejar vía libre a los peregrinos, según indicación del oficial de vialidad; fue una peregrinación larga, con duración de más de una hora. Cada grupo llevaba su respectiva danza. Algunos eran encabezados por una banda de guerra. La estampa que tenía ante mis ojos me hizo recordar a dos personajes:
1.- Chuy Fernández Salas, quien durante toda su vida fue promotor y organizador de danzas, danzando él mismo; ágil, con movimientos rítmicos y acompasados, al son de la tambora y de su "guaje", con amplio y vistoso penacho de plumas multicolores, Chuy, con su vestido rojo y sus carrizos, el auténtico "matachín", sigue en la danza.
Nacido en Gómez Palacio, hijo de doña Severa Salas, dedicada que fue a la renta de aparatos de sonido, el famoso y popular "tocadiscos", Chuy se inició en la danza a la edad de 7 años, habiendo recibido infinidad de reconocimientos, con suficientes méritos para ello. Bastaría mencionar uno: fue organizador y promotor del Grupo de Danza "Coyolhxauqui" de la Casa de la Cultura de Gómez Palacio.
2.- Vienen en seguida los peregrinos de una línea de transportes y al frente una Banda de Guerra con su instructor don Antonio Luna Raigoso.
Mucho tiempo fue instructor de la Banda de Guerra de la Academia Comercial Isaac Pitman, cuya directora era la ameritada maestra María Medina.
Luego instructor de la banda del 101 Batallón de Soldados del Servicio Militar Nacional, con asiento en Gómez Palacio; después del 50 Batallón de Infantería con sede en Torreón, mas tarde del colegio Hispano Mexicano. del Colegio Mijares y de las Bandas de guerra del Instituto Francés de la Laguna de Gómez Palacio. Toda una vida dedicada a preparar a niños, jóvenes, y adultos aficionados a los toques y sonidos marciales, siempre trabajando en dos o más instituciones simultáneamente para poder obtener los ingresos suficientes para satisfacer las necesidades de la familia, pues como él mismo decía: "Este trabajo es muy bonito licenciado, pero lamentablemente muy mal pagado". Todos estos méritos le valieron haber sido reconocido como Ciudadano Distinguido por el Ayuntamiento de Gómez Palacio hacerse acreedor al Ancla Santiago Lavín Cuadra por parte de la Asociación "Unidos por Gómez Palacio".
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