Andrés Osuna Mancera.
El Programa Viviendas del Bienestar busca atender demanda social y prioriza viviendas accesibles para personas con uno o dos salarios mínimos, expuso el desarrollador inmobiliario Andrés Osuna Mancera. Construirá las primeras 88 viviendas y quedarán terminadas en el primer trimestre de 2026.
Osuna Mancera explicó que el modelo constructivo es totalmente gubernamental y no interviene la iniciativa privada. Contempla viviendas de aproximadamente 44 metros cuadrados con un terreno de 105 metros cuadrados.
El plan contempla también la construcción de departamentos compactos en edificios verticales en ciudades que ya no tengan terrenos para crecer.
El programa ofrecerá las viviendas a un costo de 600 mil pesos aproximadamente y es con un crédito dirigido a trabajadores que ganen uno a dos salarios mínimos.
Señaló que la falta de terrenos es uno de los principales retos, pues en comparación, otras opciones ofrecen viviendas más grandes sin incluir el costo del terreno.
“El terreno es lo que encarece la vivienda”, señaló el desarrollador, recordando que en proyectos privados el costo por metro cuadrado cambia dependiendo de la ubicación y el tipo de desarrollo. El objetivo es ofrecer vivienda accesible que permita posteriormente ampliaciones según necesidades familiares.
Regulación municipal y retos en desarrollo urbano
El desarrollador indicó que cada municipio define su propia regulación sobre construcción y densidad habitacional. Por ejemplo, en Acuña está prohibido el desarrollo de duplex o viviendas multifamiliares, mientras que en Monclova se estudia habilitar proyectos de edificios con cuatro viviendas por piso, siempre con impacto urbano y ambiental evaluado.
En la región centro hay alrededor de nueve mil viviendas en revisión para desarrollos similares, en municipios como Sabinas, San Buenaventura, Frontera, Acuña, Matamoros, Saltillo y Torreón. Sin embargo, la disponibilidad de terrenos continúa siendo una limitante importante.
Infraestructura y calidad de vida como prioridad
Osuna Mancera destacó que los proyectos habitacionales deben contar con infraestructura adecuada, incluyendo pavimentación, alumbrado, agua potable y drenaje. En Colinas, por ejemplo, dijo, aún faltan estas condiciones, lo que debe resolverse antes de iniciar la construcción de las unidades.
Además, señaló que el modelo de vivienda vertical responde a cambios culturales, ya que la nueva generación de compradores busca espacios más pequeños y funcionales. “Muchos jóvenes prefieren departamentos sin patio porque viven solos o buscan mayor practicidad”, dijo.
Impacto económico del programa de vivienda
El desarrollador señaló que el programa generará derrama económica significativa, pues representa construcción pagada de contado, lo que estimula la economía local. Indicó que también se prevé generación de empleo y activación de sectores relacionados con la construcción.
El programa iniciará en Monclova en la colonia Colinas de Santiago, donde se proyectan 88 viviendas. Infonavit coordinará el acceso y venta a beneficiarios, enviando cartas a quienes cuenten con créditos entre uno y dos salarios mínimos, según un registro previamente elaborado.
Vivienda como detonante de desarrollo social y económico
Osuna Mancera concluyó que el programa no solo representa una solución habitacional, sino también un detonante de desarrollo para la región centro y carbonífera. Subrayó que estas acciones son clave para garantizar vivienda digna, promover el empleo y detonar la economía local.