¿Qué fue de Eliza Dushku, la actriz de Triunfos Robados?
Durante más de dos décadas, Eliza Dushku fue una presencia constante en el cine y la televisión de Hollywood.
Se robó escenas como la indomable Faith en Buffy, la cazavampiros, encarnó a la mordaz Missy en Triunfos robados y se consolidó como una actriz capaz de dotar de fuerza y filo a personajes que desafiaban las normas.
Sin embargo, desde 2017, Dushku ya no actúa. Cerró ese capítulo tras una carrera de 25 años y tomó una decisión radical de cambiar por completo de vida.
Su historia en la industria comenzó casi por accidente. Con apenas nueve años, acompañó a su hermano a una audición en Boston, tropezó frente a los directores de casting y terminó quedándose con un papel en That Night (1992), junto a Juliette Lewis. Aquella casualidad la lanzó a un ritmo vertiginoso: pronto trabajó con figuras como Leonardo DiCaprio y Robert De Niro en Vida de este chico, y con Arnold Schwarzenegger y Jamie Lee Curtis en Mentiras arriesgadas. Antes de cumplir la mayoría de edad, ya era parte del engranaje de Hollywood.
Cuando parecía lista para volver a Boston y estudiar en la universidad, llegó Buffy. Lo que serían apenas tres episodios se transformó en una temporada completa y, más tarde, en una de las villanas-heroínas más queridas de la televisión. A eso siguieron Angel, Triunfos robados, Jay y Bob el Silencioso contraatacan, Tru Calling y Dollhouse, serie en la que incluso asumió funciones como productora.
¿Por qué se retiró de la actuación?
Pero detrás de esa carrera prolífica también hubo experiencias duras. Con el auge del movimiento #MeToo, Dushku habló públicamente de abusos sufridos desde muy joven y denunció acoso sexual en el set de la serie Bull, caso que terminó en un acuerdo millonario con CBS. Ese proceso fue el punto de quiebre.
En 2018, inició un profundo trabajo terapéutico —incluidas sesiones asistidas con psicodélicos en un entorno clínico— que la llevaron a una conclusión contundente de que ya no estaba viviendo su propósito más alto.
El cambio fue total. Regresó a Boston, retomó los estudios y obtuvo una maestría en salud mental clínica, con enfoque en adicciones, trauma y recuperación, además de certificarse en terapia asistida con psicodélicos. Hoy trabaja con veteranos de guerra en programas de salud mental y se ha convertido en una voz activa en la discusión sobre nuevas alternativas terapéuticas basadas en evidencia científica.
Ese compromiso también la llevó de vuelta, de forma puntual, a la industria audiovisual. Junto a su esposo, el empresario y filántropo Peter Palandjian, es productora ejecutiva del documental de Netflix In Waves and War, que sigue a ex Navy SEALs en su proceso de sanación tras el combate mediante terapias psicodélicas en México. Dushku aceptó volver al foco público no por nostalgia, sino por convicción: usar su plataforma para visibilizar un tema que considera urgente.
Hoy, Eliza Dushku no se define como actriz retirada, sino como alguien que vivió dos vidas profesionales distintas y valiosas. No extraña los sets ni las cámaras, y ha sido clara: no regresará a la actuación salvo que sea al servicio de esta nueva misión. Mientras proyecta incluso un doctorado en el futuro, afirma sentirse más plena que nunca. Faith, aquel personaje que encarnó los lados oscuros y rebeldes del alma humana, terminó siendo un presagio: la fuerza para romper con todo y reinventarse por completo.
