En la Catedral de Gómez Palacio recuerdan a San Juan Diego, este 9 de diciembre
Este 9 de diciembre es día de San Juan Diego, “el vidente de la Virgen de Guadalupe” y en cuya tilma quedó plasmada la imagen de la Virgen Morena tras caer unas rosas, y a quien se le pide su intercesión ante ella ante cualquier adversidad.
Se estableció este día como el Día de San Juan Diego, debido a que fue un 9 de diciembre de 1531 que se le apareció por primera vez la Virgen de Guadalupe.
Alejandro Lugo, párroco en la Catedral de Santa María de Guadalupe en Gómez Palacio, recordó que en el año de 1990, el papa, también santo, San Juan Pablo segundo lo canonizó y 12 años después, fue canonizado.
“Es reciente pero fue como de justicia, tan importante es el hecho guadalupano que va a cumplir caso 500 años. Verdaderamente la intervención que le pidió la Santísima Virgen a Juan Dieguito su embajador para que se le construyera un templo y para que se diera a conocer los deseos de la virgen, entonces fue un papel muy importante de san Juan Dieguito".
De acuerdo con la historia, San Juan Diego nació en 1474 en Cuautitlán, entonces reino de Texcoco, una región habitada por etnias chichimecas. Su nombre era Cuauhtlatoatzin, que significa “Águila que habla” o “El que habla con un águila”.
El párroco, comentó que a San Juan Diego o San Juan Dieguito como le llama, se le conoce por el acontecimiento guadalupano, “sabemos que se le apareció y él fue el instrumento para llegar al obispo para decirle que le construyera un templo, representa a toda la comunidad no solamente grupos indígenas sino de todos los pobladores de ese tiempo, comenzaba a surgir una nueva nación”.
Mencionó también que San Juan Diego fue de los primeros evangelizados y que el hecho, provocó la conversión de muchos al cristianismo y fueron bautizados.
“Entonces sí fue muy importante, y que la Iglesia lo considere un santo es un privilegio para nosotros, es un modelo”, recalcó.
En la Catedral de Guadalupe, previo a la celebración de la Virgen de Guadalupe, su imagen es colocada justo a un costado de la imagen que se encuentra al centro del Templo, y una vez terminadas las fiestas guadalupanas, se coloca en una de las capillas que se encuentran a los costados por el acceso principal.
En este día 9 de diciembre, varios de los fieles que acudieron en peregrinación, lo hicieron ataviados como el Santo que vio a la Virgen de Guadalupe.