Semefo. (Imagen Ilustrativa)
Los servicios periciales y médicos forenses enfrentaron un año de intensa actividad en México, con un incremento del 5.4 por ciento en el número de cadáveres recibidos respecto al año anterior. Coahuila y Durango, aunque no figuran entre las entidades con mayor concentración, registraron cifras significativas que reflejan los desafíos regionales en materia forense.
De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Coahuila recibió 2,181 cadáveres durante 2024, mientras que Durango contabilizó 972. Aunque estas cifras representan apenas el 3.1% del total nacional (100,019 cadáveres), son indicativas de la carga operativa que enfrentan los servicios forenses en ambas entidades.
En el caso de Coahuila, destaca la labor del Centro Regional de Identificación Humana (CRIH), dependiente de la Comisión de Búsqueda del Estado, que ha sido clave en el tratamiento de cuerpos no identificados y en la vinculación de datos para el diseño de políticas públicas.
Durante 2024, el presupuesto total ejercido por el Centro Federal Pericial Forense de la Fiscalía General de la República (FGR) y las unidades estatales ascendió a 4,629.1 millones de pesos a precios constantes de 2018. En este contexto, Coahuila ejerció 55.7 millones de pesos, mientras que Durango destinó 30.1 millones. Este presupuesto permitió mejorar infraestructura, equipamiento y personal especializado, aunque los retos persisten ante el aumento de solicitudes periciales y el manejo de cadáveres no identificados.
Se admitieron más de 5 millones de solicitudes de intervención pericial en todo el país, de las cuales se concluyeron 4.9 millones. Las especialidades más demandadas fueron medicina forense y química forense, especialmente en las unidades estatales (UE), que concentran el 84.4% del personal pericial.
En Coahuila y Durango, el aumento en el número de cadáveres también implica una mayor presión sobre los equipos forenses, que deben atender tanto la identificación como la conservación y entrega de cuerpos.
Del total de cadáveres recibidos en el país, 90,530 fueron identificados, y el 99.5% fue entregado a sus familiares. En contraste, 7,174 cadáveres no identificados egresaron de los servicios forenses, de los cuales el 35.2% permanece almacenado en anfiteatros.
Al cierre de 2024, se reportaron 10,045 cadáveres almacenados, junto con miles de segmentos, fragmentos y restos no identificados. Esta situación plantea retos éticos, logísticos y humanos para las autoridades forenses, especialmente en estados como Coahuila, donde el CRIH ha asumido un papel protagónico en la identificación de personas desaparecidas.
El incremento en el número de cadáveres, el fortalecimiento presupuestal y la expansión de infraestructura son señales de una política pública que busca responder a una realidad compleja. Sin embargo, detrás de cada cifra hay historias, familias y comunidades que esperan respuestas.
