De enero al 29 de agosto de 2025, se notificaron 2 mil 194 casos.
En ocho meses de este año, los casos de varicela que se registraron en Coahuila, ya superaron a la cifra reportada en 2024. La Secretaría de Salud del estado, informó que de enero al 29 de agosto de 2025, se notificaron 2 mil 194 casos, mientras que el año pasado, concluyó con mil 906 diagnósticos.
La varicela, también llamada "peste cristal" o "viruela loca", es una enfermedad sumamente contagiosa causada por el virus de la varicela-zóster (VVZ). Se trata de un virus de la familia de los herpes, virus cuyo único hospedador natural conocido es el ser humano.
El virus se propaga cuando una persona con varicela tose o estornuda, lo que libera gotículas infectadas en el aire, y también por contacto directo con el líquido de las vesículas varicelosas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que si una persona es susceptible a la infección (es decir, no ha pasado la varicela ni está vacunada), es probable que contraiga la enfermedad si se expone al virus.
La varicela tiende a ser más frecuente en invierno y primavera o durante los meses fríos y secos, con brotes cada 2 a 5 años. Aunque suele ser leve en la población infantil, los adultos pueden presentar cuadros más graves.
Según la OMS, el signo más apreciable de la varicela es una erupción cutánea pruriginosa que evoluciona hacia pequeñas vesículas llenas de líquido. La erupción suele comenzar en el cuero cabelludo y el rostro antes de extenderse al tronco y las extremidades.
Puede ir precedida de unos días de fiebre, malestar general y pérdida de apetito. Por lo general, una persona solo contraerá varicela una vez en su vida, sin embargo, aunque es raro, hay algunas personas vacunadas que pueden tener una forma leve de varicela, denominada "varicela posvacunal".
Suele ser menos grave que la enfermedad en las personas no vacunadas. En la mayoría de las personas sanas, la varicela suele ser leve y no requiere tratamiento médico específico. Generalmente la atención se centra en aliviar los síntomas, por ejemplo con loción de calamina o baños de avena para calmar el prurito y paracetamol para reducir la fiebre.
El personal médico por lo general diagnostica la varicela a partir de la erupción cutánea y los síntomas característicos. No obstante, hay casos donde es necesario realizar pruebas analíticas para confirmar el diagnóstico, siendo la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), el método de confirmación más fiable.