Cultura COLUMNAS Cultura LITERATURA

FIL Guadalajara

Carol Prunhuber, una latinoamericana en el pueblo kurdo

La escritora venezolana Carol Prunhuber presentó su reciente libro de crónica profunda en la FIL Guadalajara

Libro. Prunhuber comienza su historia en una visita al Festival de Cannes, donde conoció al actor kurdo Yilmaz Güney.

Libro. Prunhuber comienza su historia en una visita al Festival de Cannes, donde conoció al actor kurdo Yilmaz Güney.

SAÚL RODRÍGUEZ

Un día la vida la puso ante el pueblo kurdo y ella abrazó su cultura. Con su mirada periodística se trasladó al Kurdistán iraní y, montada en una mula, atravesó las montañas de Medio Oriente. Luego vinieron las balas, los disparos que pasaban zumbando sobre su cabeza. Entonces pudo comprender la profundidad del conflicto. La escritora y periodista venezolana Carol Prunhuber comparte estas memorias en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL Guadalajara), donde presenta su libro 'De Venezuela al Kurdistán, crónicas de un destino' (Kálathos Editores, 2025).

La acompañan el editor de Kálathos, David Malavé, y la historiadora y antropóloga Elizabeth Burgos, quien abre la presentación en el stand de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Burgos indica que el libro de Prunhuber posee una gran riqueza, pues se lee con la dinámica de una novela, pero también es capaz de mostrar la historia del Imperio Otomano y la forma de vivir de pueblos distintos al de la autora. La crónica es narrada en primera persona con agudeza periodística y toma en cuenta la psicología tanto de los personajes como la de una historia de lucha permanente.

La historia de los kurdos es compleja. Se trata del mayor pueblo sin Estado del mundo: 40 millones de personas divididas entre naciones como Turquía, Irán, Irak y Siria, en la lucha por sus derechos políticos y culturales, la cual se remonta a un siglo en el calendario. Con el idioma de la resistencia, por diversos medios han buscado condiciones que les permitan gobernarse de manera autónoma o a través de sistemas políticos federales. No obstante, ante la pasividad de la comunidad internacional, los kurdos han sufrido campañas de exterminio durante las últimas décadas.

"Muchos kurdos están en Turquía, donde se les impide hablar su lengua, donde siguen siendo relegados. Por ejemplo, ahora, en la guerra que hubo en Siria, los combatientes, los que combatieron más, fueron los kurdos. Incluso las mujeres kurdas tomaron las armas y participaron como combatientes", explicó la historiadora Elizabeth Burgos, autora de otro libro que registra una lucha ejemplar: 'Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia' (Siglo XXI, 1985).

UN HÉROE LLAMADO YILMAZ GÜNEY

Carol Prunhuber ostenta una voz cinematográfica. Habla al público y sus palabras dibujan las imágenes contenidas en el libro, como un surco de viento entre montañas inhóspitas y lejanas. Estudió literatura en Caracas y se doctoró en Estudios Iberoamericanos por la Universidad de París. Tiene una pluma de trayectoria internacional. Escribió en periódicos y fue agregada de prensa junto a diplomáticos y políticos de Madrid. Durante los años ochenta fungió como corresponsal extranjera del diario venezolano El Nacional. Y en 1985, a través de la agencia francesa Gamma TV, viajó al Kurdistán iraní invitada por su líder: Abdul Rahman Ghasemlú.

Prunhuber comienza su historia en una visita al Festival de Cannes, donde conoció al actor kurdo Yilmaz Güney, quien había escapado de una prisión en Turquía (el cineasta fue condenado por sus diferencias con el gobierno turco). Era 1982. Tras una entrevista en la cual Prunhuber fungió como traductora, ambos se pusieron en contacto. Güney ganó la Palma de Oro de esa edición de Cannes por su película Yol, un retrato después del golpe de Estado turco en 1980, con "personajes tallados con el dolor y el miedo".

La periodista venezolana tenía tiempo buscando el héroe que encontró en Yilmaz Güney. Ambos se reunieron más adelante en París. Entonces él le pidió que lo pusiera en contacto con los movimientos revolucionarios de América Latina. Carol Prunhuber experimentó un instante de pánico; en ese momento no se interesaba por la política. Sin embargo, aceptó el encargo de Güeney e investigó fiel a su oficio.

"Gracias a un kurdo de tierras remotas, aprendí sobre América Latina", escribe Prunhuber en su libro.

Carol Prunhuber buscó a su director de tesis, el argentino Saúl Yurkievich. Él la contactó con personas como la poeta salvadoreña-nicaragüense Claribel Alegría. También le presentó a Elizabeth Burgos en una reunión; le dijo que ella era la persona que estaba buscando.

"Gracias a Elizabeth Burgos me comencé a educar políticamente. Es mi mentora política. Por casa de Elizabeth (en París) pasaban todos los movimientos revolucionarios de América Latina. Y yo, como estudiante, comencé un año furibundo de aprendizaje. Además, con la mejor maestra del mundo, con la mente más lúcida de la política que hay sobre América Latina".

SEGUIR AL LÍDER

La tarde del viernes se apaga en Guadalajara, pero la gente no deja de transitar por los pasillos de la FIL. En medio de ese tránsito, la presentación del libro de Carol Prunhuber llama la atención de algunas personas, quienes se detienen y toman lugar en las bancas. Allí la escritora continúa el relato.

"Esta es una historia que a mí me toca, no solamente por lo que significó para mí, sino que me permite hablar de una nación olvidada por el mundo entero".

Prunhuber logró relacionarse con los kurdos de París. Y una noche, en el Instituto Kurdo, durante una exposición, conoció a Abdul Rahman Ghasemlú, el entonces líder más importante de ese pueblo y rival del ayatolá iraní Jomeiní. A la periodista venezolana le sorprendió la gran cultura que tenía aquel hombre, un tipo capaz de conversar sobre política y poesía, pero también portador de un carisma único. Él mismo le comentó sobre su papel en la resistencia kurda: "El presidente Reagan teme al ayatolá Jomeiní y Jomeiní me teme a mí". Esa misma noche, Ghasemlú la invitó al Kurdistán; fue el destino hablando.

Carol Prunhuber consiguió ir a la tierra de los kurdos gracias a su labor como periodista. La poética de sus crónicas devela los claroscuros de esos viajes. Con el paso del tiempo, se convirtió en una experta del tema. Abrazó la causa kurda y le ofreció su pluma para darle voz. Su libro se lo dedica a la memoria de sus dos grandes influencias. Yilmaz falleció de cáncer en París, en 1984. Ghasemlú fue asesinado en Viena, en 1989. Ambos están sepultados en la capital de Francia.

Leer más de Cultura

Escrito en: Literatura Kurdos Kurdistán FIL Guadalajara Feria Internacional del Libro de Guadalajara Cultura

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Libro. Prunhuber comienza su historia en una visita al Festival de Cannes, donde conoció al actor kurdo Yilmaz Güney.

Clasificados

ID: 2434756

elsiglo.mx