Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

Columnas

Vibremos positivo

CÓMO SOBREVIVIR MENTALMENTE AL FIN DE AÑO

LUCY HOP.-

Dicen que la Navidad es la época más bonita del año. Yo digo que también es la prueba definitiva de resistencia emocional, física y financiera. Porque sí, me encanta la temporada, pero entre los gastos, el tráfico, los compromisos sociales, las posadas que se multiplican como gremlins mojados y los hijos entrando en "modo vacaciones" (esa cosa misteriosa que combina energía infinita y cero horarios), mantener la salud mental se convierte en un deporte extremo. Y yo apenas tengo condición para subir las escaleras.

Por todo lo anterior, y para no enloquecer -o al menos hacerlo con estilo- durante estas semanas hice una lista de consejos que yo ya estoy aplicando y espero que les sirvan también a ustedes:

Abracemos el caos (porque evitarlo es imposible). El tráfico de diciembre en CDMX merece su propia serie de terror. Y uno aprende rápido que ni Waze puede salvarte. Mi técnica zen es repetir mentalmente: "No controlo los semáforos ni el mundo. Solo controlo mi respiración… y mi claxon, pero no debo usarlo". A veces funciona. A veces llego a mi destino con un tic en el ojo. Se vale.

La cartera también necesita terapia. Entre los regalos, las cenas y los intercambios "de mínimo 300 pesos, pero si es más, mejor", mi tarjeta está más estresada que yo. Lo que hago ahora es un presupuesto realista, y luego un presupuesto para el presupuesto, porque inevitablemente lo rompo. ¿Mi consejo? Haz una lista y cíñete a ella. Y si un primo que no ves desde 2007 insiste en meterte a un intercambio… declina. Con firmeza. O di que ese día te toca lavar al perro.

Si tienes hijos, ya sabes. Ellos están felices porque "¡vacaciones!". Tú estás menos feliz porque "¡vacaciones!". La clave es planear actividades que no requieran vender un riñón ni hacer fila de tres horas. Parques, pelis, galletas quemadas pero hechas en familia. Si se entretienen y tú logras sentarte cinco minutos sin que nadie grite "¡Mamáaaa!", ya ganaste.

Aprende a decir NO… o al menos: "Déjame ver si puedo".

Las posadas se reproducen solas. Un día tienes una, al siguiente tienes ocho, todo el mismo día. Y ahí vas tú, aceptando todo por compromiso, hasta que un sábado amaneces con la garganta destruida, el cerebro frito y un nivel de cansancio digno de un triatlón. Decir NO es autocuidado. Decir "voy un ratito" también es válido y no está penado por la ley.

Encuentra mini momentos de paz. No hablo de meditar tres horas en posición de loto. Hablo de cosas pequeñas: un café caliente, cinco minutos de silencio, una caminata, un baño sin interrupciones. Esos microdescansos son como recargar la batería: no te dejan al 100%, pero al menos ya no estás en rojo.

Recuerda que no es competencia. Tu Navidad no tiene que parecerse a las de Pinterest ni a la de la tía que empieza a decorar desde septiembre. Nadie te quitará puntos por tener el árbol chueco, por comprar el regalo en oferta o por cenar algo que no salga en MasterChef. La idea es disfrutar, no sobrevivir con ojeras y deuda.

Al final, lo más sano, mentalmente hablando, es aceptar que diciembre es una montaña rusa caótica, brillante y ruidosa.

Y sí, nos deja a todos un poquito locos. Pero también nos llena de momentos bonitos, de excusas para abrazar gente que queremos y de historias que después contaremos riéndonos. O llorando. Pero recuerda que no necesitas hacerlo perfecto. Solo necesitas llegar a enero con una pizca de cordura.

Te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales: en Facebook como vibremospositivo; en Instagram como @jorge_lpz, @vengavibremospositivo y @yad.rajamim. Escríbenos a jorge@squadracr.com.

Leer más de Columnas Social

Escrito en: Vibremos positivo Columnas

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2435490

elsiglo.mx