Cuando no queda na', te ríes de la vida, de lo efímero, lo ridículo, lo "importante", lo inhumano.
Cuando no queda na', te vuelves sensible, amable, sencillo, real, te vuelves humano.
Cuando no queda na', mandas a todos al carajo, aprovechas los momentos, te deshaces de personas, de lugares, de tonterías, sin querer dar tu mano.
Cuando no queda na', respiras, valoras el estar, el olor, el sentir, el dolor, el vivir; valoras a tu hermano.
Cuando no queda na', quedas tú solo, desnudo frente a tus recuerdos, tus historias, tu juicio, tu yo verdadero, señalándote con tu mano.
Cuando no queda na', te encuentras, te entiendes, te aceptas, te amas, te abrazas como lo que eres: un ser humano.