(ARCHIVO)
La cita es a las 9 de la mañana, pero algunos comienzan a llegar al punto de reunión desde las 7, unos en taxi, otros caminando y algunos más en vehículos particulares de reciente modelo. Son los adultos de 65 a 67 años que acuden a recibir su tarjeta para la pensión que otorga el gobierno federal.
Al lugar llegan personas de colonias como la Antigua Aceitera, San Joaquín, la Polvorera, Las Alamedas, pero también de San Isidro, Torreón Jardín y El Campestre.
Ya desde la fila en el exterior de la antigua Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Coahuila, se inicia la plática entre los vecinos casuales y el tema inicial es el apoyo a recibir.
Una mujer del fraccionamiento El Tajito, cuenta que trabaja en una casa de la colonia San Isidro y cuando inició sus trámites para recibir la pensión, le platicó a la señora de la casa, quien habla pestes del presidente, Andrés Manuel López Obrador, “que es un ladrón”, entre otras cosas, pero también acudió a registrarse, aunque pensaba que a ella no le iban a dar. “Es para todos, señora”, le había dicho la trabajadora y la señora también realizó los trámites e hizo fila.
Otra mujer de 66 años, platica que su hija es maestra y gana bien porque estudió para ascender y días atrás que necesitaba dinero, le pidió prestados 300 pesos a su hija, pero se los negó, “porque no tenía” y eso le dio “mucho sentimiento”, pero con la pensión que recibirá pronto, espera ya no molestarla.
Una señora que se ayuda con andador para caminar, llega a la cita acompañada de su hijo, un hombre con deficiencia al hablar, lleva de la mano a su madre y él es quien realiza el trámite para recibir la tarjeta y aclara todas sus dudas con el servidor de la Nación, antes de retirarse con su madre. Otra mujer dice sentirse muy agradecida con el presidente por ese apoyo. “Dios lo cuide mucho. Ha hecho mucho bien”, asegura.
No falta tampoco el hombre bien vestido que, molesto, se levanta de la silla para acudir con uno de los servidores de la Nación y reclamar en forma airada, “por qué se tardan tanto para darnos nuestra tarjeta”.
Antes de la entrega de la tarjeta, la delegada de la Secretaría de Bienestar, Cintia Cuevas Sánchez, se dirige a todos los adultos mayores, los felicita y les explica que no es ninguna dádiva del gobierno lo que van a recibir, “es retribuirles algo de lo que han generado durante su vida productiva. Es justicia social”, enfatiza la servidora pública.