Cómo tratar al adulto mayor del siglo XXI
En los tiempos actuales, la versatilidad de acción de los adultos mayores es muy amplia. Así como cada ser humano requiere un tipo de cuidado, en la adultez mayor las necesidades por década varían. En este artículo se verán algunos consejos sobre los tipos de cuidado por década y por necesidades especiales, que puede tener cada persona en la tercera edad. La importancia de conocerlos radica en que todos, sin excepción pero con suerte, llegaremos a esa etapa de la vida.
Adultos de 60 años
Son independientes, autónomos, físicamente sanos o con alguna enfermedad estable, con vida propia, se cuidan a sí mismos y son solventes económicamente, por lo menos en su mayoría.
La forma de tratarlos es conviviendo con ellos en la vida cotidiana, ya que es casi imperceptible el desgaste físico que van padeciendo por lo que tiene su vida propia: trabajan, tienen amistades, pareja. Los jubilados disfrutan de su tiempo y su dinero, por lo tanto es importante tener siempre una reflexión sobre la forma de relacionarnos con ellos. No se trata imponer, sino por de negociar y convencer.
Adultos de 70 años
En su mayoría padecen alguna enfermedad crónica degenerativa. En no pocos casos hay que convencerlos de que se dejen cuidar, porque en su pensamiento y por su crianza no les gusta “dar molestias”, lo que vuelve más complicado su cuidado. Hay que reconocer que existe una delgada línea entre acompañarlos, cuando están bien solos, a cuidarlos por alguna enfermedad. Son seres llenos de experiencia, personas que necesitan sentirse amadas y valoradas. En esta etapa es importante estar alerta de cualquier cambio, ya que en esta etapa los deterioros cognitivos empiezan a fluir.
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Son los que por lo regular requieren más cuidado. Físicamente hay muchos aspectos que se deben cuidar, estar atentos en su alimentación, independencia y autonomía. Algunos requieren apoyo económico, otros padecen deterioro cognitivo de algún tipo, el cual puede volver difícil la convivencia.
Por un lado está el cambio de carácter por las enfermedades físicas que padecen y por el otro, en la parte cognitiva, la convivencia es difícil. Algunos tiene mal carácter, son agresivos, no te reconocen, se vuelven paranoicos. Es complejo el trato y el acompañamiento por tantos cambios físicos, emocionales y cognitivos. Ésta también es la etapa en la que como familia es necesario tomar decisiones de acompañar el cuidado con un profesional de salud que esté siempre al pendiente, un equipo de enfermería, club de día o casa de descanso, dependiendo el grado y tipo de dependencia.
Adultos de 90 y más años
En su mayoría son sanos, sin deterioro cognitivo, independientes y con decisiones propias y firmes. El tipo de cuidado que necesitan es de acompañamiento, están acostumbrados a la forma de hacer sus cosas y difícilmente son movibles sus rutinas. Son gente que platica, que quiere trascender a base de enseñar y compartir sus experiencias.
De esta forma se ubican las etapas en la que se encuentran los adultos mayores que tenemos en casa. Así se puede aprovechar su compañía para conocerlos y aprender de ellos, para acompañar en vez de regañar, para convencer en vez de obligar y para cuidar o delegar el cuidado desde el amor a esos seres que se encuentran en estado de vulnerabilidad por edad, enfermedad o dependencia. Y de la misma forma invitarnos a tener una mejor forma de prepararnos para nuestra vejez, ya que en esta época nos tocará decidir nuestros cuidado en caso de necesitarlo.
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